En 1472, Segovia se encontraba bajo el reinado de Enrique IV de Castilla conocido como “el impotente”, hermano de Isabel la Católica, y su antecesor en el trono. En esos tiempos, la provincia de Segovia cobró gran relevancia convirtiéndose en un importante centro político dentro de la corona. Eso, junto al entonces Obispo, Juan Arias Dávila, un gran humanista, al que le preocupa la deriva de la iglesia en esos tiempos, hicieron que la Villa de Aguilafuente acogiera el Sínodo diocesano, con el que el religioso pretendió corregir hábitos de fieles y de sacerdotes. Y, del que de sus actas nació el primer libro impreso de España.
El Sinodal de Aguilafuente permaneció durante mucho tiempo en la catedral de Segovia, lo que hizo que cayera en el olvido, y que no se le reconociera como el primer ejemplar impreso en España. Por ello, cuando comenzaron las investigaciones sobre el tema, se le atribuyó este meritó a un libro valenciano, ‘Obres e trobes en lahors de la Verge María’, de 1474. Y, no fue hasta 1930 cuando el entonces canónigo archivero, Cristino Valverde, descubrió el Sinodal entre los numerosos libros del Catálogo y libros raros de la Catedral de Segovia. A partir de ese momento, los historiadores del libro afianzaron Segovia como el primer lugar que tuvo imprenta en España.
Este fin de semana, Aguilafuente ha realizado un viaje en el tiempo de 551 años para volver a un hito de su historia. Algo que se realiza en esta villa romana, desde 2003, donde la localidad rememora este celebre momento cada primer fin de semana de agosto.
Como en anteriores ocasiones, los vecinos realizaron representaciones teatrales y se pasearon por las calles de la localidad con trajes de época, ayudando a crear una atmósfera medieval. Las actividades arrancaron el viernes, a las 19.30 horas, con la obra ‘El pañuelo’, en la que participaron más de una veintena de intérpretes de los cuales 15 eran menores de edad que, muy orgullosos, ilustraron la historia de la provincia y de su pueblo. También se represento ‘La decisión de Tía Ino’ en el Salón del Lavadero y ‘El Romance del Sinodal’.
Durante el sábado, la visita guiada a cargo del cronista oficial de la villa, Juan Jesús Díez, y la apertura del mercado y las exposiciones llenaron las calles de la villa. Caída la noche, tuvo lugar el pregón de las fiestas en la plaza del Sínodo.
Para el domingo, el día de cierre, se realizará la conferencia ‘Con su exemplo e ciencia e dotrina’, de Laura Frías y Silvia Olmos, acerca de la reforma de la iglesia de Santa María. Danzas, puestos de artesanía, talleres y rondas musicales serán un constante durante el domingo, al igual que el resto de días.