Castilla y León contabiliza en 2023 un total de 670 incendios forestales, la mayor parte de los cuales afectaron a menos de una hectárea “gracias a la rapidez y eficacia” del operativo de extinción de la Administración autonómica.
“Llevamos 670 incendios desde el 1 de enero. Lo que pasa es la actuación del operativo de extinción de la Junta los apaga rápido y con una gran eficacia. La media de eficacia del operativo en los últimos diez años se mide en los conatos, incendios que no superan la hectárea, estaba en el 61 por ciento y este año es del 85 por ciento”, explicó el consejero de Juan Carlos Suárez-Quiñones.
“La diferencia radica en las condiciones meteorológicas, que son absolutamente diferentes, aquí y en España. El año pasado sufrimos en todo el país terribles incendios y, especialmente en la provincia de Zamora, que sufrió los más graves. La situación climática contribuye a que el verano, de momento, esté en este estado de situación de incendios razonable”, puntualizó.
En cualquier caso, el consejero advirtió de que “todavía queda mucho verano” y recalcó que “queda agosto, septiembre y no sabemos cómo se comportará octubre”, además de recordar que se anuncia para la próxima semana la advección de una masa de aire sahariana. “Todavía hay que ser muy respetuosos con la situación y muy prudentes en el uso del monte”.
Vigilantes de incendios
El Consejero aseguró que los vigilantes de incendios “no van a desaparecer” en Castilla y León, a pesar de la preocupación expuesta al respecto en el ámbito sindical.
“Sí están desapareciendo en otras comunidades como en Cataluña, donde han sido sustituidos por otros medios técnicos, pero no van a desaparecer en Castilla y León. No solo no van a desaparecer sino que, en el último convenio colectivo del personal laboral de la Junta, hemos mejorado la categoría profesional de estas personas, pasando del grupo V al grupo IV de personal laboral”, recalcó.
“Además, caminamos en el cumplimiento de los acuerdos a los que llegamos con los sindicatos y la patronal del Diálogo Social en materia de incendios en septiembre de 2022, estamos mejorando los tiempos de trabajo. De tres meses de trabajo, se van incrementando hasta doce en 2025. Lógicamente, en esos doce meses no van a estar en las torretas permanentemente. En invierno y con los montes nevados no tiene ningún sentido. Tendrán otras ocupaciones que están pactadas”.
Suárez-Quiñones hizo hincapié en que “ello no evita que se siga trabajando en mejoras tecnológicas”, en alusión a la instalación de cámaras de vigilancia. “Están instaladas desde hace muchos años en los montes de Zamora, con un buen resultado; en Soria, León, Ávila y, ahora, instalaremos en Salamanca. Son medios auxiliares de ayuda para la detección temprana de los incendios junto con otros medios, como la ciudadanía, que es muy colaboradora y que, cuando ve una columna de humo, alerta”, comentó.
“El 65 por ciento de la detección de incendios no es de las torretas, sino de otros medios de detección. En conclusión no van a desaparecer los vigilantes. Estamos mejorando su estatuto, su tiempo de trabajo y lo complementaremos con medios técnicos modernos y de digitalización”, concluyó.
parques de bomberos
El consejero destacó que la Junta de Castilla y León ha subvencionado con 37 millones de euros a las diputaciones provinciales “para constituir parques de bomberos profesionales” en las nueve provincias de la Comunidad autónoma.
Suárez-Quiñones hizo estas declaraciones en relación con el movimiento ciudadano ’12 de junio’, de Ciudad Rodrigo, que recoge firmas y ha convocado una manifestación para el 7 de agosto en la que reclama el restablecimiento del servicio voluntario de Bomberos del municipio. “En Ciudad Rodrigo había un conjunto de voluntarios que formaban un grupo de apoyo a los bomberos profesionales y que ha tenido que disolverse porque la normativa, la ley no permite que los bomberos voluntarios hagan las labores principales de extinción de incendios”.
