Ahora que el verano –porque estamos en verano ¿verdad?- deja más tiempo libre a la mayoría de los currantes de invierno, primavera y otoño, pues, que abrí un par de libros –puede que alguno más-, donde encontré narrativas largas –algunas larguísimas-, y habiéndolas reducido a modo cocinero, esto es lo que ha ‘quedao’ en el plato.
Leñadores.-La fábrica de madera de Valsaín se construyó en 1884 de la buena idea y mejor mano del ingeniero y naturalista Rafael Breñosa y Tejada, su primer director. Él, también, puso en valor su idea –buena, buena-, de construir a lo largo de la carretera un barrio típico hecho de casas de madera, con la función de alojar a los trabajadores que llegaban a la fábrica. Y funcionó. La mayor parte de estos eran leñadores gallegos y asturianos, trabajadores rudos que desarrollaban las más duras tareas, como era la corta de pinos a muchos grados bajo cero, durmiendo sobre serones(*), puestos en la nieve y cubiertos por unas tablas. Ocasiones había que, después de cortados los pinos, era necesario meterlos en agua o cubrirlos de serrín para que se les quitara la capa de hielo.
En aquel primitivo poblado se alojaban también industriales que llegados desde el País Vasco se dedicaban a la compra-venta de pinos. Posteriormente, tras saneamiento del lugar, se formó como población industrial. En esta, cada maderista tenía una parcela cercada con una valla de madera, en cuyo recinto se ubicaba la vivienda. Su construcción era de adobe, recubiertas de madera con una capa de grasa, de ahí su color negro.
(*) Sera (serón), más larga que ancha, que sirve, entre otras posibilidades, para carga de una caballería. RAE.
A pique.- No he preguntado, mas puede que no sean muchos los segovianos que sepan que el Banco Matritense, fundado en 1911 por particulares, tuvo sucursal en Segovia, c/ Colón nº 9, entre 1913 y 1930, fecha esta última en la que, acuciado por las deuda, fruto de una más que dudosa buena gestión y acumulando grandes pérdidas, la justicia ‘invitó’ a cerrar sus puertas. Su capital fundacional había sido de 5.000 (cinco mil) pesetas. Hoy esa cuantía se entendería como una broma.
Colegiata.- El catalán Félix Amat de Palau y Pons ejerció el cargo de abad de la Colegiata, también parroquia de la Trinidad, del Real Sitio de San Ildefonso hasta marzo de 1810 (1). La abadía era ‘gobernada’ por un cabildo que, en el censo de 1797, tenía trece canónigos y seis racioneros. Los referidos percibían por sus servicios la suma de 444.954 reales al año (2). Su salario lo pagaban las diócesis de Valencia, Zaragoza, Cuenca, Murcia, Málaga, Ávila, Pamplona y Plasencia, de lo recaudado por estas de entre sus feligreses. El abad, por su parte, disfrutaba al menos de una renta de 200.000 reales anuales que pagaba, bajo la misma fórmula, la catedral de Santiago de Compostela y tenía jurisdicción sobre seis parroquias enclavadas en el obispado y provincia de Segovia: a saber, San Ildefonso, Revenga, La Aldehuela, Navas de Riofrío y el Real Palacio, Tabanera, Ntra. Sra. de Robledo, Santa Cecilia y Caserío de Pellejeros con todos sus términos y templos (3).
Catedral.- Para construir una buena parte del recinto, fue preciso comprar el convento que habían ocupado con anterioridad las monjas de Santa Clara, en la Plaza Mayor, así como varias casas para ‘redondear’ el solar, lo que suponía un desembolso muy elevado, no tanto por el convento, hacía algunos años abandonado y sí por las viviendas particulares, ya que los propietarios se oponían a la venta. Lógico que así fuera, pues era la zona más comercial dentro del recinto amurallado.
Sobre el tema expuesto se conservan en archivo catedralicio dos relaciones semejantes de lo que la comunidad de Clarisas vendió a la catedral. Una de ellas fechada en 1 de enero de 1511 y la otra en 29 de marzo (4). Esta segunda la transcribe así Manuela Villalpando, ‘la venta debió efectuarse en enero, pues el día 1 de febrero Antonio de Mora, canónigo, dice que las monjas de San Antonio el Real (*) le habían vendido para la fábrica de la dicha iglesia catedral ciertas casas, la claustra y corredores .. Solamente la parte del convento costó 600.000 maravedíes’.
(*) Dónde, tras abandonar el convento de la Plaza, se ‘refugiaron’.
Hospital de San Miguel.- Estaba ubicado en el nº 1 de la actual calle de Santa Ana. Colmenares (Historia de Segovia) dejó escrito sobre el recinto hospitalario: ‘Entonces (año 1571) estaba atendido por once hermanas de las convertidas y cuatro maestras. La casa y habitación era pequeña y pasaban de comodidad. Con el fin de ampliarlo convenció Manuel del Sello a su hermano Antonio y doña Juana de Tapia, su mujer que comprasen la casa y ermita de Corpus Christi a los canónigos de Párraces, como escribimos año 1470, y fundasen un convento de la Penitencia, donde se establecieron en 1572’.
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(1) La Abadía fue suprimida por Real orden ‘napoleónica’ de 30 de mayo de 1810. Cuatro años después reabre.
(2) El sueldo anual de cada uno, siempre que la dividieran a partes iguales, era 23.418 reales.
(3) J. Sáez Marín. ‘Datos sobre la Iglesia Española Contemporánea’. Abundante documentación sobre la colegiata de San Ildefonso antes de la supresión en 1810.
(4) Datos de los recogidos del Archivo Catedral y publicados por Manuela Villalpando.
