Un día antes de que Luis Bárcenas vuelva a comparecer ante el juez Pablo Ruz por la presunta contabilidad B del Partido Popular llevada a cabo por él cuando era tesorero de la formación y por los millones acumulados en sus cuentas en Suiza, el exsenador conservador volvió a dar un golpe de efecto con la filtración a un diario de tirada nacional de unas supuestas conversaciones a través de mensajes de teléfono móvil con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Un hecho que, según detallaron ayer fuentes del Ejecutivo, forma parte de una estrategia del imputado de intento de chantaje, para tratar de evitar la acción de la Justicia. Asimismo, el vicesecretario general de Organización y Electoral del partido, Carlos Floriano, aseguró que su grupo político «ha hecho las cosas bien» y que «le preocupa cero» lo que haga el acusado.
En este sentido, fuentes del Gabinete indicaron que es evidente que esa estrategia no ha tenido éxito, resaltando que ni Rajoy ni su equipo han cedido «en nada» y que Bárcenas se encuentra en prisión.
Así, destacaron que el extesorero ha estado presionando, no solo al inquilino de la Moncloa, sino a otros muchos miembros de la formación de Génova, a los que también envió mensajes con un doble objetivo: tratar de evitar la acción judicial y proteger la fortuna que escondía en varios bancos suizos, estimada en más de 48 millones de euros.
Sin embargo, señalaron que los populares «no han cedido en nada» y el aparato del Estado ha seguido funcionando con plena independencia, como lo pone de manifiesto que las fiscales encargadas de investigar el caso, y que Bárcenas quería que fuesen apartadas, continúan en su puesto.
Asimismo, resaltaron que lo mismo ha ocurrido con la investigación de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (Udef) de la Policía Nacional y añadieron que todos han seguido haciendo su trabajo «con independencia».
Según estas mismas fuentes, la prueba más evidente de que Bárcenas ha intentado chantajear al Gobierno y que, sin embargo, no lo ha conseguido, es que el extesorero está en estos momentos en la cárcel de Soto del Real y que, como prueban todos estos hechos, no ha tenido la protección del Ejecutivo.
Por su parte, Floriano aseveró que al PP «le preocupa cero» lo que haga el extesorero. El dirigente popular insistió en que su formación «ha hecho las cosas bien» y no va a ceder a ningún intento de «chantaje público o privado» realizado por parte de «un presunto delincuente».
Además, el conservador explicó que los mensajes de texto publicados son «la prueba material» de un intento de extorsión de Bárcenas al presidente para tratar de «desviar la atención» de la opinión pública sobre su posible responsabilidad penal y «ocultar el origen de su dinero». Eso sí, también argumentó que ese chantaje «no ha funcionado», siendo muestra de ello que el exsenador «se encuentra en prisión».
Por ello, consideró que Bárcenas ha intentado hacer presión «a la luz pública», pero subrayó que el PP «no va a ceder nunca a ninguna coacción», ya que no tiene «absolutamente nada que ocultar».
Por último, acusó al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, de «connivencia» con un «presunto delincuente» por pedir la dimisión de Rajoy.
