“Uno se acuesta con la intención de descansar, pero hay noches, sobre todo las de los fines de semana, que no se puede”. Quien así habla es un vecino del casco histórico de Segovia, “harto” de aguantar ruidos de todo tipo durante las horas de la noche. “Cuando no te despierta la música de un bar es una bronca a la puerta de tu casa la que te quita el sueño”, relata. Su experiencia le dice que la peor hora es al amanecer. “¡A esa hora sí que se dan voces!”, exclama, acusando a los últimos clientes de las salas de fiesta. Tras exponer su problema a algunos vecinos, se dio cuenta de que no es el único que sufría el ruido. Y así, poco a poco, ha ido fraguando un colectivo que ya ha llamado a las puertas del Ayuntamiento en busca de una solución.
Alrededor de medio centenar de vecinos “del entorno de la Plaza Mayor” han presentado un escrito mostrando su preocupación por el “deterioro medioambiental” de esa zona, a causa, principalmente, del ruido, al que consideran como “uno de los problemas ambientales más relevantes”.
“Queremos manifestar nuestra protesta por las continuas celebraciones de carácter público y privado que se producen a cualquier hora del día o de la noche en los aledaños de nuestras viviendas, con profusión de gritos, músicas…”, señala el texto, en el que este colectivo vecinal solicita información sobre el número de denuncias telefónicas recibidas el pasado año relacionadas con el ruido.
Ahondando en el problema, el colectivo critica “el horario indiscriminado con el que los establecimientos hosteleros de la zona depositan el vidrio en los contenedores”, pues perturba el sueño de quienes residen en las cercanías. A ese respecto, piden el establecimiento de un horario para echar esos envases.
Con respecto a la labor de la Policía Municipal, los impulsores de este colectivo, entre los que se encuentran José Alejandro Pina y Javier Frayssinet, piden a los agentes que “igual que disuaden del robo o el vandalismo en los comercios”, también “deberían vigilar el ‘robo del sueño’ a los vecinos de la Plaza Mayor y alrededores.
En el texto remitido al Ayuntamiento, los firmantes denuncian el “bochorno” que les produjo la “esgrima verbal” entre el presidente de la Asociación Industrial de Hosteleros Segovianos (AIHS), Julián Duque, y la concejala Paloma Maroto en relación a los ruidos nocturnos. “Es humillante escuchar —dicen, en referencia a Duque— que hay que ser solidarios y que no pasa nada porque se estén tres noches sin dormir”. En respuesta a Maroto, señalan que “no creemos que sea obligación de los vecinos el denunciar el incumplimiento de las Ordenanzas Municipales”, defendiendo que “es obligación de los poderes municipales vigilar su cumplimiento”.
Estos vecinos afirman sentirse “discriminados” frente a otros de Segovia y piden que el Ayuntamiento estudie trasladar “algunos de los muchos eventos que se celebran en nuestro entorno” a otros lugares de la ciudad. En el escrito también se quejan de los olores producidos por los establecimiento de la zona, haciendo una petición a la alcaldesa, Clara Luquero, la de que “no queremos que vea en este texto un enfrentamiento con la corporación ni con los hosteleros”, sino que sea motivo de reflexión sobre el modelo de ciudad para, a renglón seguido, iniciar un diálogo entre todas las partes. “No podemos permitirnos como ciudadanos —concluye el texto— que el centro de nuestra ciudad se convierta en un parque temático en el que el papel reservado a sus habitantes sea el de meros figurantes”.
Este colectivo vecinal, que sigue recogiendo firmas a favor de su causa en la gestoría Martín de Vidales, ha anunciado su intención de constituirse, próximamente, en una asociación, con idéntico objetivo de luchar contra el ruido en Segovia.
