La constitución de los ayuntamientos y su organización política, junto con las próximas elecciones generales , parecen dar una tregua a los gobernantes municipales durante el periodo estival, aunque en el caso cuellarano la mayoría de los esfuerzos estarán dedicados a la compleja organización de las fiestas, que tanta afluencia de público tuvieron el año pasado, tal vez condicionada por las ganas de diversión que teníamos los ciudadanos tras dejar atrás la pandemia. La formación del gobierno municipal se consolidó gracias a la reedición del pacto, natural, de la legislatura pasada; por lo que en cuanto a experiencia, la gestión no debería ser un problema, ya que los miembros del mismo son prácticamente idénticos. Ahora toca dotarle de argumentos, asunto no menor. Esa experiencia muestra que las grandes construcciones son difíciles de conseguir, lo que no significa que no haya que poner toda la ilusión en el empeño. Tal podría a ser el caso del nuevo centro de saludo o el auditorio, tan prometidos como demandados. Quizá el único camino para conseguirlo sea, a parte de una difícil negociación, entiéndase, aburrir al consejero de turno, o pedírselo a San Judas Tadeo. Entre tanto podemos intentar conseguir logros no fáciles, pero si dependientes de la política y los sectores económicos locales. Un objetivo que planteaba un candidato a la alcaldía, era situar la Villa donde se merece, asunto llamativo pero carente de contenido. Sería mejor referencia para establecer un destino, plantearse porque Cuéllar ha dejado de ser el centro comarcal que era, aunque esto tenga que ver mucho con una complicada evolución social, y porque la presencia en los medios de comunicación ha descendido notablemente. El empleo de las redes sociales no sustituye a los medios de comunicación tradicionales. Tal vez el objetivo sería preguntarse porque debemos recibir visitantes, fiestas al margen, obviamente. Recuperar esa posición social requiere una política dirigida, que trate de optimizar los recursos, quizá teniendo como base aquel plan de dinamización turística que tanto éxito tuvo, impulsar proyectos económicos, culturales y deportivos, ya que estos sectores otorgan vida a la localidad. Es indudable que se necesita dotar a cada uno de ellos de una robustez que tal vez no sea económica solamente, que sean un atractivo para el municipio, tarea que no sólo atañe al consistorio, sino también a los propios colectivos, en una perfecta simbiosis.
