No se podía acabar mi colaboración este curso sin comentar las buenas noticias que han venido por parte de dos deportistas segovianos, quienes han destacado en dos especialidades diferentes. Uno lo ha hecho en el fútbol y el otro en el baloncesto, uno dentro del campo y el otro desde la banda. Uno ha tenido que sobreponerse a una grave lesión que le impidió jugar durante una temporada entera y el otro ha superado el hándicap de tener a su cargo a unos jugadores que de inicio no tenían el nombre de otros conjuntos.
Diego Gómez, el joven futbolista que este año ha conseguido ser el máximo realizador de su equipo se ha convertido en una pieza codiciada por equipos de superior categoría. Su fichaje por el CF Fuenlabrada es el refrendo al trabajo bien hecho, a su constancia en la recuperación de su lesión. Nadie le ha podido poner un reproche a su entrega, que además ha venido avalada por los buenos resultados. Diego, te deseo todo lo mejor en esta aventura fuera de lo que ha sido tu casa en la que te formaste y espero que sigas dándolo todo en los estadios.
Pedro Rivero, el exjugador de baloncesto que salió de la cantera del colegio Claret y que no pudo ofrecer su nivel en ningún equipo segoviano por lanzarse muy pronto a otras aventuras de más altura competitiva. Ha participado en la liga EBA, LEB Plata, LEB Oro y ACB. Su conocimiento del juego ha sido muy aplaudido, sobre todo por sus entrenadores. Conocedor del puesto de base siempre supo sacar de sus compañeros el máximo nivel. Ahora, como entrenador, ya ha conseguido varios ascensos, el último a la ACB con el Zunder Palencia. Su destino, de momento, no está en esta Liga, continuará con su buen hacer en un clásico del baloncesto español como el Estudiantes para hacerle volver a la categoría que nunca debió perder.
Es un orgullo para todos los que seguimos el deporte segoviano loar los éxitos de los nuestros. Esperamos que la racha continúe. Felices vacaciones.
