Pudiera ser que los caballeros de la Junta de Nobles Linajes de Segovia (1) se encontraran en esos tiempos –nos situamos en el año 1573- con ganas de divertirse y ‘mover el esqueleto’ y por ello decidieran construir un Juego de Pelota en la Ciudad. Así se deduce de los pasos que dieron para conseguirlo. Para ello nombraron un portavoz de entre sus miembros. Le tocó por ‘orden’ a Bernardino Arindez de Oñate. El primer paso de la agenda: dirigirse al Concejo y pedir, eso sí, por escrito,
‘licencia para hacer un ‘juegode pelota gruesa’
y la cesión de terreno paraconstruirlo’.
La petición, presentada el 5/2/1573, decía: ’Consideramos que la construcción de un juego de pelota en la ciudad servirá, sin duda, para ornato de esta, pues es ejercicio tan noble que los caballeros se hacen hábiles y sueltos para guerra’
¡Toma castaña! Ante escrito tan fundamentado los regidores de la Ciudad consideran favorable la petición, resuelven y concretan:
‘Deberá construirse donde está un murallón antiguo, a la parte del Postigo de San Martín (Puerta de la Luna), donde se permite edificar hasta trece varas de ancho (65,40 metros/aprox.), tomando el largo en 65 varas (327 metros) a la parte de debajo de dicho paredón (final de la hoy escalinata bajada a San Millán), donde se podrá construir, pues la zona es cómoda y tiene forma de barbacana (2)’. Coma más/menos. Vamos, donde los solicitantes querían, pues eran de la misma ‘familia’ y no iban a entrar en discusión por cuestión del tamaño de la ‘pelota’.
A lo que te voy. Que la construcción se llevó a cabo (3) y que donde se ubicó llevó el nombre –largos años-, de Juego de Pelota, en la bajada, también antigua, del Rastro, hoy paseo del Salón de Isabel II. El total construido fue de 55×11 metros. Los gastos de la instalación eran sufragados a partes iguales por Los Linajes y la Ciudad. Abonaban ambos el salario (40 ducados/año) al ‘pelotero’, que habitaba una casilla junto al recinto. El referido salario había descendido veinte años después a poco menos de la mitad ¡Vaya ‘convenio’ cutre!
No debió ser una edificación construida con materiales de futuro, pues habían transcurrido poco más de 70 años cuando hubo de ser reedificado en 1651. La referida calle mudó de nombre en 1925, cambiando a San Millán.
Pero… tampoco fue determinante, ya que hubo de ser reparado de forma y manera casi constante. Pudiera ser que por los ‘achaques’ descritos, cansados de poner pasta en billetes para gastarlo en la otra pasta de cemento, ambas partes decidieron que lo mejor era venderlo.
Llegado el año 1862 se interesan por la adquisición el matrimonio formado por Simón Ruiz de Uceda y María Jiménez. D. Simón era, según cuentan las crónicas de aquel tiempo, uno de los adinerados mayores de España. Vamos, que el dinero lo tenía como ‘castigo’. Y lo compran. Y treinta y cuatros años después, 1896, cuando ambos ya no estaban en este mundo de vivos, se lo ‘encontró’ por herencia el Hospital de Santi Spíritu. Eso sí, dejando clara la coletilla del documento, ‘para que nos digan misas per saeculan saeculorum’. La contraprestación funcionó… hasta que la capilla tuvo culto.
El susodicho ‘Juego de pelota gruesa’ (4), bien con unos, bien con otros, estos de pelota y en el mismo barrio, o al alimón, estuvo en funcionamiento hasta el siglo XIX. Concretamente hasta 1893. ¡Más de tres siglos abierto! Su historia terminó cuando en diciembre de 1861, -algo se mueve en la municipalidad-, el arquitecto José Asensio Berdaguer, después que el Ayuntamiento acordara ‘acondicionar la bajada del Postigo de la Luna al Juego de Pelota’, presentara proyecto para ejecutarlo, lo que hacía imprescindible demoler ‘la cerca del juego de pelota’, que para entonces, tan viejito estaba, había dejado de ser útil para los menesteres del juego.
En aquel plano redactado por el señor arquitecto, se observa con nitidez el lugar que ocupaba el recinto deportivo y también la ubicación del antiguo Rastro o matadero de ovejas. El proyecto no comenzó a ejecutarse, por falta de ‘monises’- cuestión normal de ayer y hoy-, hasta 1880. Dejando constancia que entonces ya no se ejecutó el de Asensio, y sí el de Odriozola.
Sepan que, bajo la gran escalinata –que podría tener dentro de poco, o más tarde, un ascensor como compañero de viaje, subida/bajada-, están enterrados los restos tanto del Juego como el antiguo murallón.
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(1)La Junta de Nobles Linajes de Segovia, creada en el ¿siglo XII? recibió su reconocimiento institucional en el reinado de Alfonso XI de Castilla, que fue quien organizó el gobierno Municipal de Segovia, en un Concejo formado por 15 personas. A saber:
-Diez regidores nobles por mitades: 5 del linaje de Día Sanz de Quesada y el mismo número de Fernán García y de la Torre. Ambos conquistadores de Madrid.
-Cinco regidores pecheros o del común del pueblo.
(2) Barbacana: estructura defensiva medieval que servía como soporte al muro de contorno o cualquier torre o fortificación, situada sobre una puerta o puente que era utilizada con propósitos defensivos..
(3) En 12 de diciembre del referido año, el maestro cantero Juan Gutiérrez de Arredondo hizo el paredón del juego de pelota. Así consta en el Archivo Histórico Provincial.
(4) ‘Se juega con una pelota muy gruesa; tan grande como una botija de arroba o mayor’. El deporte al que se jugaba también de manera informal, en la recreación de los niños e incluso de las mujeres, ya tenía visibilidad en América en el periodo precolombino. Era una forma de hacer ejercicio moviendo todas las partes del cuerpo, donde las manos eran las menos empleadas. Un gran parecido a lo hoy se denominan ‘juegos de motricidad gruesa’, que son aquellos que favorecen el equilibrio y el control del cuerpo en los niños.
