Fin de curso

Ayer mismo me comentaba Carlos Hernández, profesor de la Universidad de Valladolid, que tenía la duda sobre si poner las preguntas de su examen antes o después del vídeo sobre el que los alumnos deberían demostrar los conocimientos adquiridos durante su asignatura a lo largo del curso. La duda me pareció genial, propia del tipo que la plantea.
Esto me hizo pensar en la diferencia entre los estudios y el deporte. En los estudios, por lo general, primero aprendes la lección y luego la pones en práctica, por lo que es muy probable, salvo que te topes con profesores como Carlos (que los hay), que cuando salgas al mercado laboral, no tengas ni idea de cómo resolver problemas para tu empresa o entidad.
En el deporte, en cambio, primero te ponen la prueba y luego aprendes la lección. Por supuesto, tienes que entrenar y aprender fundamentos básicos, pero tu proceso formativo se hace cada vez más robusto a medida que experimentas pruebas (partidos) en las que tienes que tomar decisiones que no te han venido previamente planteadas. Algo así como el examen de Carlos, si es que finalmente decidió poner las preguntas después de mostrar el vídeo.
El deporte es una magnífica vía para desarrollar habilidades y capacidades necesarias de las que, probablemente, muchos de los alumnos de nuestro sistema educativo carezcan, independientemente de que sus notas sean malas, mediocres o excelentes, por la sencilla razón de que el sistema educativo actual, tal como está concebido, no forma en estas habilidades.
Por esto me extraña tanto que en este bendito país el deporte camine al margen de la educación y me parece un error imperdonable eso de que mi hijo deja el deporte, o entrena menos días, porque tiene que estudiar.
Así que ahora que llegan las vacaciones y puesto que no toca estudiar, no hay excusa: que los jóvenes hagan todo el deporte que puedan, que ya llegará el otoño.
Feliz y deportivo verano a todos.