El alcalde electo de Segovia, José Mazarías tomó ayer posesión de su cargo y anunció una legislatura en la que primará el diálogo con el resto de fuerzas políticas, con los vecinos, y con el resto de instituciones. Además insistió en que se abre una época de cambio en la ciudad que definió como “histórico”, tras 24 años.
Fue hace casi un cuarto de siglo, como recordó el propio Mazarías, cuando el PP perdió la Alcaldía de la ciudad. Por ello dijo que ahora “comienza el futuro de Segovia” y lo hace de la mano del diálogo con todos, en la búsqueda del “entendimiento y el acuerdo”.
De este modo, el PP ha recuperado el gobierno de la ciudad del Acueducto. No olvidó que en esta tarea han trabajado varios candidatos populares de las últimas elecciones: Francisco Vázquez, Beatriz Escudero, Jesús Postigo, Raquel Fernández y Pablo Pérez. A todos ellos les agradeció el haber realizado “un trabajo responsable con los segovianos y de lealtad a este Ayuntamiento de Segovia”, argumentó.
El nuevo alcalde dijo con firmeza que inicia este mandato “desde el diálogo con los diferentes grupos municipales que conforman el pleno, porque así lo quisieron los segovianos”. Además resaltó “el trato cordial, la actitud colaborativa y el entendimiento con el resto de grupos políticos” y les planteó que “la sintonía en el diálogo y la colaboración por el bien de Segovia”, ese “espíritu no puede quedarse ahí y debemos esforzarnos por mantenerlo durante los próximos años y mejorar la calidad de vida de los segovianos”.
La premisa del diálogo que anunció Mazarías que será el efe de política como alcalde no solo será con los grupos políticos, sino con toda la sociedad, con cinco ejes de trabajo que se ha marcado el nuevo grupo en el consistorio, donde “encajan a la perfección las 200 propuestas incluidas en nuestro Plan de Gobierno, con el que concurrimos a las pasadas elecciones municipales”.
El primer bloque será fomentar el acuerdo y las relaciones con el resto de las administraciones, porque “creo que esa búsqueda de lo mejor para Segovia se sitúa en una única dirección hacia la que debemos ir todos”, explicó. En segundo lugar, asegurar el contacto estrecho y colaborativo con todos los colectivos vecinales y con todos los barrios de la ciudad, los del núcleo urbano y los incorporados.
El tercer eje será impulsar las relaciones con el sector empresarial, apostando por una Segovia dinámica y atractiva a la inversión que nos posibilite más empleo y el incremento de población necesaria para ser una ciudad puntera. El cuarto, hacer del turismo, la cultura, el deporte, y sobre todo, del comercio y de la hostelería, un tejido cohesionado que “permita mirar al futuro con optimismo”.
El quinto y último establecer los cauces comunicativos necesarios con todos los colectivos sociales, socio-sanitarios, culturales, patrimoniales, y por supuesto, con los empleados municipales, para mejorar el servicio al ciudadano.
Mazarías se comprometió a realizar una gestión eficaz orientada al progreso y al crecimiento desde las potencialidades y oportunidades que brinda la ciudad. El PP opta por esta opción de gobernar en minoría, en un pleno conformado por seis fuerzas políticas en total: doce ediles populares, siete del PSOE, dos de IU, dos de Vox, que no tenía representación en la anterior legislatura, uno de Segovia en Marcha y la edil de Ciudadanos.
DOS RENUNCIAS
La constitución del nuevo Ayuntamiento arrancó con cambios previos, tras haber renunciado a coger sus actas de concejal dos miembros de la lista del PSOE: Ana Sanjosé y Mercedes Gómez Blesa. Sus vacantes fueron ocupadas por Antonio Reguera y Mayte Mañas, siguientes en la lista.
El resto del guion del pleno transcurrió como estaba previsto. El próximo lunes se harán públicas las áreas de Gobierno y la responsabilidad que asume cada uno de los concejales del PP, que en este caso no ha necesitado de acuerdos con otros partidos.
Su mayoría simple y la abstención de la concejala de Cs, Noemí Otero, le bastaron a Mazarías para ser proclamado alcalde en una única ronda de votos entre los 25 concejales que forman la Corporación.
El concejal de Vox, Alfonso Ceballos-Escalera Gila, y el concejal del PP, Gabriel Cobos, conformaron la Mesa de Edad. Ceballos Escalera, amigo personal del periodista Aurelio Martín, fallecido ayer a los 67 años y padre de la alcaldesa saliente, Clara Martín, pidió a concejales y al público guardar un minuto de silencio en su recuerdo, que finalizó con una sonora ovación.
A continuación se llevó a cabo la elección del alcalde. Todos los grupos representados a su cabeza de lista como candidatos, salvo Cs.
Así pues, se postularon cinco candidatos: José Mazarías, Clara Martín, Ángel Galindo, Esther Núñez y Guillermo San Juan, por PP, PSOE, IU, Vox y Segovia en Marcha, respectivamente. La concejala de Ciudadanos, Noemí Otero, no se ofreció y votó en blanco. Mazarías recibió doce votos; Clara Martín, siete; Esther Núñez, dos; Ángel Galindo, dos; y uno Guillermo San Juan.
Al no obtener ninguno de estos candidatos la mayoría absoluta, se aplicó la norma de la lista con más votos en las elecciones del 28 de mayo, y se proclamó alcalde al popular José Mazarías.
La alcaldesa saliente, Clara Martín, le hizo entrega de la medalla y el bastón del mando. Mazarías agradeció con gestos a todos los presentes sus aplausos.
Tras jurar el cargo, le siguieron el resto de concejales. Al igual que ocurriera hace cuatro años, los ediles de IU y Segovia en Marcha cambiaron la formula dada en la toma de posesión. Ángel Galindo y Ana Peñalosa se acogieron al “imperativo legal” de este trámite. Galindo se definió como ciudadano republicano y laico y tomó posesión “sin renunciar a mis principios republicanos”. Además, renunciaron a recoger la medalla corporativa pero sí bajaron de su escaño para saludar y estrechar la mano del nuevo alcalde y posar con él para la foto oficial.
Lo mismo hizo el concejal de Segovia en Marcha (Podemos-Alianza Verde) que optó por quedarse con la medalla que recogió hace cuatro años y renunciar a la nueva. En el momento de tomar posesión, San Juan prometió “por Segovia y por nuestros barrios, por nuestros pueblos y nuestro país”, así como “con lealtad al Jefe del Estado” y la Constitución Española “hasta que el pueblo español decida lo contrario”.
La anécdota del día llegó en el momento de la entrega de medallas corporativas. Cuando el alcalde se disponía a colgársela al número dos del PSOE, Jesús García Zamora, comprobaron que el cordón no estaba atado en su extremo y se caía. “Me has dado la mala, empezamos bien”, dijo el socialista, provocando la sonrisa de concejales y público. Con la medalla, el alcalde entregó una insignia con el escudo del Ayuntamiento.
El acto se cerró con el discurso de investidura de José Mazarías, que comenzó expresando a Clara Martín, su pésame por la muerte de su padre, y que extendió “a los informadores” que estaban en el salón.
El nuevo alcalde de Segovia estuvo arropado por su mujer y sus dos hijas. Mazarías tuvo palabras de sentido recuerdo y homenaje para sus padres y para su suegro. En primera fila también estaba el vicepresidente primero de las Cortes Regionales y secretario del PPCyL, Francisco Vázquez; la presidenta del PP de Segovia y senadora, Paloma Sanz; el presidente de la Diputación, Miguel Ángel de Vicente; el delegado territorial de la Junta, José Luis Sanz Merino; representantes del mundo de la empresa, FES, Cámara de Comercio y Empresa Familiar de Castilla y León; de las instituciones militares y religiosas de la ciudad; Guardia Civil, Policía Nacional, y Academia de San Quirce. José Mazarías optó por hacer su discurso de pie, con la colocación sobre la mesa de un atril para apoyar los folios.
Otra de las novedades de este pleno de comienzo de legislatura fue que, además de los dos maceros del Consistorio, estuvieron presentes en la mesa principal dos policías locales con el traje de gala. Mazarías cerró su alocución con unos versos del poeta José Rodao , e invitó a los presentes a participar en el cántico del himno de Segovia.
Tras firmar todos los concejales en el libro de honor, Mazarías se asomó al balcón del Ayuntamiento para saludar a los segovianos que permanecían en la plaza a la espera de que concluyera el pleno.
Una gran ceremonia en un estrecho salón
La solemnidad de la toma de posesión de la nueva Corporación chocó, una vez más, con las angostas dimensiones de un salón de plenos que mostró su falta de espacio.
Desde que se inaugurara esta sala a finales de los años 90, tras la rehabilitación del edificio consistorial con el diseño del arquitecto municipal Federico Coullaut Valera, ha quedado patente en numerosas ocasiones su reducido tamaño.
Ayer se repitieron escenas como las complicaciones de algunos concejales a la hora depositar el voto en la urna para elegir al alcalde; el colapso en los pasos para que los ediles recogieran su medalla acreditativa, o las complicaciones para el movimiento de los corporativos a la hora de constituir la mesa de edad; y también quedaron pequeñas las sillas en las tribunas para albergar a los invitados y familiares que acudieron al ceremonioso acto.
