El consejero de Economía y portavoz de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, ha defendido el criterio de los funcionarios públicos para evitar cualquier «tropelía» en la gestión de la mina a cielo abierto de más de 2.000 hectáreas en el nordeste de la provincia de Segovia.
«Comenzamos hablando del apoyo a los empleados públicos y desde la Junta ampliaremos su trabajo», ha afirmado este martes Fernández Carriedo en el pleno de las Cortes, donde el procurador socialista José Luis Vázquez le ha preguntado por el modelo de desarrollo del nordeste segoviano.
El portavoz de la Junta ha afirmado que «siempre se van a tramitar los expedientes conforme a la ley» y expresado su confianza en que se va a «respetar el trabajo de los funcionarios públicos en este procedimiento».
El parlamentario del PSOE ha preguntado por las razones que le hacen pensar estos trabajadores «van a cometer las tropelías, que se van a saltar la ley y se van a saltar los procedimientos».
Fernández Carriedo también ha aprovechado su intervención para valorar la bajada del paro en Segovia, el 7,51%, la segunda provincia con menor tasa, casi la mitad que en el contexto nacional, en parte debido al incremento de las exportaciones en un 130% y que además gana población. «Estamos ante una provincia que es una tierra de oportunidades y la zona nordeste lo es», ha remachado.

Por su parte, el procurador socialista por Segovia, José Luis Vázquez, ha hecho de portavoz de los vecinos de la zona, presentes en el hemiciclo, que «gritan ‘no a la mina’ de 2.000 hectáreas en sus tierras», y ha criticado que «la falta de rigor técnico de este proyecto».
«A pesar de su Junta, las gentes del nordeste de Segovia, no quieren su futuro, amparado en una legislación de mediados del siglo pasado», ha reprochado Vázquez al ejecutivo autonómico, quien ha pedido que se cumpla la ley de impacto ambiental, la ley agraria, la ley de patrimonio natural, el artículo 45 de la Constitución, el Estatuto de Autonomía y el Convenio Europeo del Paisaje.
Vázquez ha calificado este proyecto como una «aberración» de más de 2.300 hectáreas que «los noruegos allí no quieren ni aceptan», añadido que el «no a la mina es el grito del nordeste segoviano», para señalar la amplia unanimidad de los colectivos de la comarca en contra de esta iniciativa, que supondría roturar este espacio natural con zanjas de dos a doce metros con un gran impacto natural, en la biodiversidad y en la salud humana.
