El presidente de Rusia, Vladimir Putin, reiteró que el derribo de un caza ruso por parte de fuerzas turcas fue un “acto hostil” y advirtió de que es “casi imposible” que pueda llegar a acuerdos con las actuales autoridades de Turquía, con Recep Tayyip Erdogan al frente. “Es difícil o casi imposible llegar a acuerdos con el actual Gobierno turco, como ha demostrado la experiencia”, afirmó ayer Putin durante su comparecencia anual ante los medios, en la que se refirió de nuevo al derribo de un Su-24 en la frontera siria el pasado 24 de noviembre.
Putin consideró que Rusia recibió, por “razones desconocidas”, una “puñalada por la espalda” y cuestionó los alegatos dados por Turquía para justificar el ataque contra el avión. El mandatario ruso señaló que se trataría de un “acto hostil” y no de defensa de la soberanía, si bien quiso dejar claro que no ve a Turquía como un “Estado hostil”.
Moscú agudizó sus críticas contra Ankara tras el derribo y, en términos prácticos, adoptó varias medidas de represalia como la suspensión de la exención de visados a partir del próximo 1 de enero. Putin, sin embargo, vinculó esta decisión con los riesgos de seguridad, toda vez que ahora los “milicianos” del Cáucaso Norte tienen vía libre para cruzar la frontera.
Otra de las críticas recurrentes de Rusia tiene que ver con el supuesto beneficio que saca Turquía del contrabando de petróleo en la región, procedente en parte de zonas controladas por el grupo terrorista Estado Islámico. En este sentido, Putin sugirió que Estado Islámico podría ser un elemento “secundario” a partir del vacío que se generó en Irak tras la guerra y que derivó en un negocio de contrabando que “necesitaba” de la fuerza militar para su protección. “Es muy fácil utilizar el factor islámico, atraer a carne de cañón”, recalcó.
Erdogan amenaza con “aniquilar” al PKK
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió ayer de que las milicias kurdas podrían quedar aniquiladas en las operaciones lanzadas por el Gobierno contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en dos localidades en el sureste del país, las cuales en dos días se han cobrado la vida de 25 combatientes kurdos.
Erdogan aseguró que las operaciones continuarán hasta que la zona sea “limpiada” de milicianos y sus barricadas y trincheras sean destrozadas. “Seréis aniquilados en esas casas, esos edificios, esas zanjas que habéis cavado”, aseguró ante una multitud en Konya. “Nuestras fuerzas de seguridad continuarán luchando hasta que (la zona) haya sido completamente limpiada y se establezca una atmósfera pacífica”.
