La organización ‘Manos Limpias’, que ha adquirido un creciente protagonismo público en los últimos meses, recuerda que su objetivo es la defensa del orden constitucional y la lucha contra la corrupción. Su principal cara visible es la abogada Virginia López Negrete, quien ha participado estos días en Segovia como parte de algunos asuntos judiciales vinculados con esta provincia. Esta letrada se muestra partidaria de una regeneración política que dé confianza a los ciudadanos, y de que la Justicia cuente con medios suficientes para poder ejercer su labor con dignidad y con independencia.
Manos Limpias aparece en casi todas las noticias de actualidad ¿Qué es y a quien representa?
Somos una organización con más de 6.000 asociados que durante muchos años hemos venido luchando contra la corrupción y en defensa del Estado de Derecho y la legalidad. Es cierto que actualmente hemos estado presentes en numerosos procesos, pero nos faltan manos para estar en más aún.
La lucha contra la corrupción es una de sus banderas ¿no?
Sí, la organización nació en 1995 para defender los legítimos intereses de sus afiliados dentro y fuera del sector público a consecuencia de la entonces incipiente corrupción que había en España. Es parecida a otra organización similar que hay en Italia, aunque las circunstancias no son las mismas, pero tiene el mismo nombre.
Llevan asuntos de muy distinta índole, desde el caso Gürtel hasta el de Bárcenas; contra Urdangarín y contra la portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca: contra el presidente de la empresa Pescanova… Es un espectro muy amplio.
Creemos que es necesaria una regeneración en todos los estamentos de este país. Desde el político, hasta el económico y el judicial. La corrupción ha entrado por todos los poros de la Democracia española y se requiere una gran regeneración. Es cierto que hay muchos aspectos en los que no podemos entrar, como en la reforma de la Justicia, o en el acotamiento de las instituciones del país; pero sí podemos poner nuestro granito de arena y luchar contra la corrupción por vía judicial y en los tribunales mediante, generalmente, con la acción popular, que recoge y defiende nuestra Constitución.
Debe ser difícil evitar atribuciones ideológicas por parte de quienes les molesta que participen en los procesos judiciales.
Lo es. Pero queremos poner ese granito de arena que creo que estamos aportando en la sociedad, porque vamos contra todo lo que nos parece que no es ético ni legal. Igual en el caso Gürtel, el de Bárcenas, o el de Urdangarín. Eso hace que nos acusen de ir contra la Monarquía o el Rey, y no es cierto. No nos pueden acusar de ir contra el Rey, porque yo lo estoy defendiendo en dos procedimientos en la Audiencia Nacional: el caso de las fotografías que se quemaron y emitió la televisión catalana; y la parodia que hicieron contra su imagen en el Ayuntamiento de Alsasua hace unos años. Así que nadie me puede acusar de ir contra la Monarquía.
Pero donde más se ha oído hablar de ustedes es con el asunto de Iñaki Urdangarín.
Este tema representa una oportunidad porque la Audiencia de Palma de Mallorca tiene la posibilidad de demostrar a toda la sociedad que la justicia es igual para todos, como dijo el Rey. Si no confirma el auto del juez de la imputación de la infanta Cristina, sería una auténtica revolución social, y también jurídica porque parece que nos quedaríamos en un momento en que cualquier persona que pudiera ser imputada parece que tendría que pedir autorización al Ministerio Público, que por otro lado es un órgano jerarquizado. La Audiencia tiene en sus manos la oportunidad de hacer ver a los ciudadanos —los cuales ya creen poco en la justicia—, que ésta es igual para todos. Estar imputado no significa estar condenado. Solo es que debe pasar a declarar. El señor García Revenga ha sido imputado en las mismas condiciones, pero con menos indicios, y con un auto de tres folios, en lugar de otro de 18, y nadie se ha echado las manos a la cabeza.
¿Está Manos Limpias de acuerdo con las nuevas tasas judiciales que propuso el ministro Ruiz Gallardón?
Manos Limpias y yo, como letrada, estamos en contra de la nueva ley de tasas. Me parece total y absolutamente inadmisible que en el momento actual de crisis se pueda hacer una ley de tal calibre. Representa una paralización de la justicia con el único ánimo de recaudar. Porque efectivamente se produce, y lo vemos todos los días, un límite a la capacidad de los ciudadanos.
¿Cuál sería la clave para agilizar la justicia? porque su lentitud también es una injusticia
Lo más importante es que sea un poder independiente. La independencia de poderes, como promulgaba Montesquieu, no existe. El poder judicial no es un poder independiente, sino dependiente del poder ejecutivo. Y partiendo de esa premisa, la justicia no podrá nunca funcionar al cien por cien en un país. Y en segundo lugar, en cuanto a la lentitud, se pueden hacer muchas cosas para agilizarla, como poner más profesionales, limitar y controlar más el trabajo de los funcionarios, oficiales…. que muchas veces son los que producen el atasco de los procedimientos.
¿Cree que están bien pagados los jueces y magistrados, o que está bien financiado el sistema?
No soy quien para opinar si un juez gana mucho o poco dinero. Sí es cierto que los jueces tienen mucho trabajo. Tengo una hermana magistrada y he vivido en mis propias carnes que los jueces trabajan mucho, echan muchas horas. No se puede generalizar, pero tienen mucha responsabilidad, ellos y el Ministerio Público. Pero si se quejan, por algo será.
En cuanto a los medios, depende mucho de las comunidades autónomas. Yo me he encontrado con juzgados con unos medios impresionantes como en Cataluña o el País Vasco. Luego vengo a Segovia y veo que esto se parece muy poco a los anteriores.
¿Es partidaria de la forma en que se han transferido las competencias en materia de justicia a las comunidades autónomas?
No soy nada partidaria de las transferencias a las comunidades autónomas. No soy partidaria de las comunidades autónomas o tal como está organizado ahora el Estado Español. Son el cáncer de nuestro país y por donde nos estamos yendo a la ruina. La justicia tiene que ser única y dependiente del estado español, si no, no hay justicia.
