El sorteo de la Copa del Rey deparó interesantes emparejamientos en los octavos de final y también confirmó que no se podrá repetir la final del año pasado en la que el Real Madrid superó al Barcelona en el estadio de Mestalla, ya que ambos se podrían ver las caras en cuartos si superan antes a Málaga y Osasuna, respectivamente.
Al tratarse de sorteo puro, era previsible que se produjese algún duelo importante, e incluso estuvo cerca un emparejamiento entre los dos grandes, ya que sus dos eliminatorias fueron la últimas en salir del bombo
Miguel Pardeza, director deportivo del equipo blanco, extrajo la bola del Barcelona y, con solo ya tres equipos en liza, la audiencia respiró cuando salió la de Osasuna, que, de todas formas, será un adversario complicado, ya que los rojillos son una de las revelaciones de la Liga, donde ocupan una meritoria quinta plaza.
La única vez que equipo ‘rojillo’ eliminó a los ‘culés’ en la Copa de 1987, después de tener que decidirse la eliminatoria en la tanda de penaltis tras la victoria de Osasuna en el Camp Nou por 0-1 y la del Barcelona por el mismo resultado en la capital navarra.
Sin embargo, el conjunto azulgrana, tras arrollar al Hospitalet en dieciseisavos, parte como favorito para estar en los cuartos, donde se mediría con el vencedor del duelo entre el Real Madrid y el Málaga, también con muchos alicientes.
El vigente campeón, que cierra en lo más alto 2011, comenzará el nuevo año con un duelo de altura en el Santiago Bernabéu, en el que recibirá a su extécnico, Manuel Pellegrini, y a otros viejos conocidos y queridos como Fernando Hierro o Ruud van Nistelrooy.
De ganar los dos grandes sus eliminatorias (4 y 11 de enero), la cita en cuartos comenzaría en el coliseo de la Castellana, con el encuentro de vuelta en el feudo catalán en las siguientes semanas del mes de enero.
Pero, antes de pensar en esos posibles clásicos, habrá otro gran enfrentamiento en octavos de final, un estelar Valencia-Sevilla con dos de los grandes candidatos a ocupar las plazas que dan acceso a disputar la Liga de Campeones. Los andaluces no atraviesan su mejor momento y, a sus problemas deportivos, se unen los del presidente, José María del Nido, pero tratarán de sacar un resultado positivo en Mestalla y poder resolver en el Sánchez Pizjuán.
El capricho del sorteo quiso que ambos conjuntos estuvieran en el mismo lado del cuadro de Real Madrid y Barcelona de cara a las semifinales. Aunque antes, el vencedor del duelo entre los de Unai Emery y Marcelino García Toral tendrán que medirse en otro duelo interesante al Alcorcón o al Levante, brillante cuarto clasificado y que viene de remontar ante el Deportivo de La Coruña.
La otra parte del cuadro, sin embargo, cuenta con un, a priori, nivel inferior, con solo un duelo entre Primeras, el Real Sociedad-Mallorca, cuyo vencedor se medirá en cuartos al del Athletic Club-Albacete, con un hipotético derbi vasco en el horizonte.
Los jugadores manchegos lograron la gesta de eliminar al Atlético de Madrid hace cuatro días pero su situación en la competición doméstica le hará dar prioridad a otros menesteres. Todo lo contrario que los bilbaínos, siempre muy motivados en estas lides.
Finalmente, los otros dos enfrentamientos serán Mirandés-Racing y Córdoba-Espanyol, con los ganadores de ambas viéndose las caras en busca de las semifinales, que se disputarán las dos primeras semanas del mes de febrero.
A pesar de los posibles y apasionantes cruces que se podrían dar, el sorteo de Copa del Rey celebrado ayer Las Rozas no parece haber dejado del todo satisfechos a los participantes: ni a los favoritos, que se podrían cruzar entre ellos antes de la final, ni a los humildes, que ven cómo se alejan las opciones de hacer su agosto en pleno mes de enero.
De esta forma, si Madrid y Barcelona se deshacen de Málaga y Osasuna, se medirían en los enésimos ‘partidos del siglo’ entre dos clubes con una rivalidad que convierte en apasionantes todos sus choques, independientemente de quién llegue como favorito.
Con duelos de este calibre se acaba el sueño de aquellos modestos que pensaban en el aforo completo y las gradas supletorias para llevar un poco de ilusión a sus ciudades. Sin Messi ni Casillas en el horizonte deberán intentar la hazaña contra adversarios tremendamente competitivos que tienen en esta competición una buena opción para conseguir un entorchado de primera fila.
De esta forma, el Mirandés, verdugo del Villarreal y también de Juan Carlos Garrido, se medirá a un Racing en mejoría que a punto estuvo de llegar a la final en 2008. De todos modos, los cántabros no lo tendrán fácil ante un conjunto que hasta el pasado fin de semana no había perdido ningún partido de Liga.
