Consecuentes con su petición de adelantar aún más las generales, el PP tiene ya preparada su estrategia de cara a los comicios, independientemente de cuál sea la fecha finalmente fijada para la cita con las urnas. De este modo, dos comunidades autónomas, Cataluña y Andalucía, y dos palabras para ilustrar el estilo Rajoy -austeridad y confianza- serán las claves de la campaña que el partido que lidera Mariano Rajoy tiene casi diseñada para llevar a su líder a La Moncloa, según explicaron ayer fuentes de los populares.
La austeridad no será solo el paraguas debajo del que quepa una filosofía económica, sino que será también el leitmotiv de todos los actos de la campaña.
La formación, en esta línea, se ha empeñado en cerrar una programación lo más barata posible, sin ostentaciones ni oropeles; una campaña que el candidato a la Presidencia hará día a día en la calle o en pabellones deportivos de las afueras de las ciudades.
Fue el estilo electoral de las últimas campañas, todas ellas -menos la del País Vasco- ganadas por el partido y todas ellas con Rajoy como estrella, así que en Génova la premisa está clara: «Si algo funciona, para qué cambiarlo», proclama una de las fuentes.
Éste es el análisis de cada uno de los ejes de campaña:
Cataluña
El PP logró en las elecciones de 2008 solo ocho escaños en Cataluña, en tanto que el PSC obtuvo 25. Esa «enorme» diferencia, en palabras de las fuentes, aparece subrayada en el análisis que los populares hicieron de la derrota electoral.
La época política que Rajoy abrió con el congreso de Valencia está en gran medida marcada por esa diferencia, toda vez que reveló del bloque popular una imagen de intransigencia que le alejaba de gobernar alguna vez en Moncloa.
Lo primero que hizo el jefe de filas y su remozado equipo fue apostar por Alicia Sánchez-Camacho como presidenta del PP catalán. Al igual que Basagoiti en el País Vasco, el trabajo de la ex diputada se ha encaminado a inculcar en la sociedad catalana que los conservadores entienden perfectamente la idiosincrasia de la Comunidad, pero sin aspiraciones soberanistas.
El resultado se vio en las elecciones de 2010, en las que el PP sumó 18 escaños en el Parlament, el mejor resultado de su historia. Hace dos meses y medio, en las autonómicas y municipales, los populares de la región también crecieron y hoy, olvidados algunos tabúes, se ven en disposición de mejorar ampliamente el pobre bagaje de 2008.
Así que Rajoy pisará Cataluña varias veces antes de la cita del 20 de noviembre para atar bien esas expectativas.
Andalucía
Es una Comunidad en la que el PP no ha hecho más que mejorar desde 2008, cuando ya entonces Javier Arenas atisbó opciones de ganar. El resultado de las pasadas elecciones del 22 de mayo se añade a los optimistas síntomas de los últimos tiempos .
En consecuencia, los conservadores trabajarán con ahínco en la región más extensa y poblada de España, consciente de que con repetir los números de las municipales, Rajoy tiene muy despejado el camino a la Moncloa.
El líder popular estará muy presente en campaña en Andalucía y será, junto a Cataluña, la autonomía que más visite.
Austeridad
Rajoy repetirá hasta la saciedad durante la campaña que él es garantía de austeridad. Pero no solo eso: la puesta de largo será modesta, puesto que aparte del ahorro del 15 por ciento establecido por ley, hay que añadir aproximadamente otro cinco por ciento en gastos de publicidad.
Ello se traducirá en que el PP evitará lugares privados como hoteles de cinco estrellas para organizar sus actos, en que no contratará tanta valla ni hará tanto cartel, en que incidirá en medios publicitarios alternativos y de bajo coste, y en que potenciará su mensaje por las redes sociales.
Confianza
Todo en el programa está inspirado por esta palabra. Los populares se dirigirán a los ciudadanos desde y para la generación de confianza y así se exhibirá la imagen de un partido que gestionó la crisis de 1996 con éxito, que sabrá explicar los sacrificios que haya que tomar y que pondrá al país en la senda de la recuperación.
Hay más claves, por ejemplo la del debate televisado con Rubalcaba, a quien Rajoy apenas mencionará allá donde vaya. El PP ha designado a Esteban González Pons como negociador con el PSOE, sabedor de que es una figura política que en las filas socialistas no despierta entusiasmo y de que no pondrá fácil un posible pacto sobre las condiciones del debate.
Fuentes del PP cuentan con que habrá un cara a cara seguro y que será sin terceros.
Con todo, en Génova no se detienen. Aunque hay varios bloques de trabajo, las decisiones las tomará al final un selecto grupo, el de estrategia electoral, en el que el sociólogo Pedro Arriola juega un papel fundamental.
