La ciudad de Lugansk se convirtió ayer en el epicentro del conflicto que se vive en el este de Ucrania, después de que separatistas prorrusos irrumpieran en la sede del Gobierno regional tras romper las ventanas para, poco después, hacer lo mismo en la oficina del fiscal regional y las instalaciones de un canal de televisión local, sumando estas tomas al edificio de los Servicios de Seguridad, que fue invadido hace ya una semana.
Según apuntaron fuentes de la Policía, los activistas consiguieron entrar en el inmueble gubernamental a primera hora de la tarde, siendo jaleados por cientos de personas desde la calle cuando colgaron la bandera rusa.
Los milicianos también proclamaron su control de las otras dos instalaciones y se desplegaron para vigilarlas, al tiempo que prendían fuego a las banderas ucranianas que ondeaban en sendos edificios.
Además, unos 20 hombres armados lanzaron granadas aturdidoras en las oficinas centrales de la Policía en un gesto con el que, según indicaron los propios asaltantes, reclaman a las Fuerzas de Seguridad que entreguen la Comisaría y depongan las armas.
Por otro lado, el autoproclamado alcalde de Slaviansk, Viajeslav Ponomariov, declaró que no negociarán la liberación de los observadores internacionales secuestrados de la OSCE mientras continúen las sanciones que la UE ha impuesto a líderes separatistas prorrusos ucranianos. «Retomaremos el diálogo sobre el estatus de los prisioneros de guerra cuando la Unión Europea retire las multas», declaró.
También el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, rechazó los castigos impuestos por Bruselas y Washington contra Moscú y consideró que «van contra el sentido común».
Ajeno a estas críticas, el Gobierno de Japón decidió actuar también y anunció que negará los visados a 23 ciudadanos rusos, entre ellos varios miembros del Ejecutivo de Vladimir Putin, por el papel del Kremlin en el conflicto.
Mientras tanto, la atención se centra también en el estado de salud del alcalde de Jarkov, que se encuentra en estado grave tras ser tiroteado el pasado lunes.
Según los datos preliminares de la investigación, Genady Kernes fue alcanzado por un proyectil disparado por un francotirador, si bien se desconoce a qué bando pertenece el agresor.
La bala le ha causado al primer edil lesiones en la columna vertebral, el hígado, un pulmón, las glándulas suprarrenales y el estómago, según apuntó Mijailo Dobkin, antecesor en el cargo de Kernes. «Le dispararon para matarle, en el corazón», relató.
El mandatario fue trasladado a Israel para recibir tratamiento en un hospital de Haifa y, según fuentes médicas, se encuentra grave, pero estable.
