La lista “negra” de pueblos cuya agua está contaminada por arsénico no para de crecer. Encinillas es el último caso. “Cuando llegué a la Alcaldía, en el pueblo no se sabía esta situación”, criticaba ayer Fernando Velasco, regidor desde junio. Tras indagar, comprobó que los tres pozos de los que se suministraba el pueblo superaban los límites permitidos de arsénico y nitratos. Así que decidió informar a los vecinos y, a renglón seguido, comenzar el reparto semanal de bidones de agua. El Ayuntamiento ofrece diariamente un bidón de cinco litros para cada dos personas, cobrando la cantidad simbólica de 20 céntimos.
“Me gustaría resolver este problema, y a corto plazo”, indicaba Velasco, que hoy se reunirá en el diputado provincial de Acción Territorial, José Luis Sanz Merino, para informarle del problema, de cara a pedir el apoyo de la Diputación.
Aunque, para Velasco, la “solución ideal” pasaría por canalizar agua potable hasta Encinillas desde alguna presa, el alcalde ve “muy complicado” conseguir ese extremo, por lo que ha optado por pedir presupuesto económico a varias empresas que instalan filtros de eliminación del arsénico. “Requerimos una inversión de entre 120.000 y 150.000 euros, cantidad que el Ayuntamiento no dispone”, explicaba Velasco, para añadir que los ingresos anuales de Encinillas rondan los 70.000 euros. “Esperamos que la Junta y la Diputación nos ayuden”, reclamaba ayer el alcalde.