Un gol de Moyano a siete segundos para el final le dio la victoria al Viveros Herol Nava en el durísimo (como se esperaba) partido frente al Trops Málaga, que tuvo que trabajar de firme después de un gran inicio, con muchas alternativas en el segundo tiempo.
El inicio del encuentro por parte del conjunto segoviano fue el que desearía cualquier entrenador para su equipo. Moviendo bien la bola en ataque, y dificultando los lanzamientos de los jugadores locales, el Balonmano Nava marcó un primer gol, un segundo, un tercero… hasta que en el minuto siete de encuentro el técnico malagueño, Quino Soler, se veía obligado a parar el partido con 0-4 y una pregunta para sus jugadores: “¿Les vamos a regalar el partido?”.
Aún se colocó el Viveros Herol con cinco goles de ventaja tras el tanto de Álex Lodos antes de que el conjunto local, minuto nueve y medio, consiguiera superar a Patotski. Aunque la diferencia era de cuatro/cinco goles, quedaba un mundo para el final del partido, por lo que al equipo de Álvaro Senovilla le tocaba todavía remar mucho.
Y lo cierto fue que en lugar de remar en un mar relativamente tranquilo con el marcador favorable, el equipo se vio obligado a hacerlo en el chapapote de la defensa del Trops, que hacía gala de muchísima movilidad y no rehuía en absoluto los contactos, forzando las faltas en ataque si los segovianos no conseguían soltar la bola a tiempo.
UN RITMO DEFENSIVO BRUTAL
Así, pese a que en el ecuador de la primera parte Nava todavía tenía cuatro goles de renta con el 3-7, el encuentro ya se había igualado, y comenzó a inclinarse del lado local en los últimos diez minutos, porque los malagueños ajustaron su punto de mira sobre la portería de Patotski, mientras que los segovianos hicieron todo lo contrario sobre la meta de un Jorge Villamarín que comenzó a sumar acciones positivas, sacando un siete metros a Óscar Marugán, o un lanzamiento desde los nueve metros a Prokop, que de nuevo se precipitó en algunas acciones.
La diferencia se quedó en anécdota cuando Pablo Soler igualó el marcador desde los siete metros, y aunque Carlos Villagrán sorprendió a Villamarín con un lanzamiento en apoyo a un puñado de segundos para el final, la sensación que le quedó a los visitantes con el descanso fue que habían dejado escapar una buena ocasión de meter mucha presión a su rival de cara al segundo tiempo.
La primera exclusión para Luis Castro, que quizá otra pareja arbitral habría castigado con roja, mandó al banquillo de Álex Lodos con un fuerte golpe en la rodilla y no mejoró el juego del Nava en superioridad, con el Trops poniéndose por delante en el marcador en el cuarto minuto de la reanudación, y la primera línea segoviana pasando por muchos problemas, con Smetanka, Moyano y Prokop muy grises, algo que puede pasar con uno, quizá con dos, pero que es muy raro que suceda con los tres a la vez. Mérito del equipo local, sin duda.
Álvaro Senovilla: “Esta victoria es muy importante porque nos sigue metiendo de lleno en el objetivo de estar entre los dos primeros”
Así que, con la primera línea maniatada, tocaba buscar otras alternativas en ataque, amén de apretar los dientes en defensa donde Nico López estuvo imperial. Y esas alternativas ofensivas se encontraron en los extremos, con Paco Bernabéu y Óscar Marugán, y en el pivote con Darío Ajo aprovechando que el 6:0 local era muy profundo y le dejaba espacios para maniobrar.
Patotski también puso mucho de su parte para que el Balonmano Nava volviera a hacerse con la iniciativa en el marcador, que no cedió desde el 15-14. Al Trops le llegaban las fuerzas para empatar, pero no para ponerse de nuevo por delante y al equipo navero le pasaba lo mismo, porque después de anotar un parcial de 0-2 no encontraba la manera de aumentar la renta a los tres goles, por lo que su oponente siempre lograba sacar la cabeza fuera del agua.
SIN AIRE
Pero a diez minutos para el final, al conjunto local se le empezó a notar la falta de aire. Los lanzamientos de jugadores como Leonel o Castro ya no eran tan efectivos y parecía el momento que Nava estaba esperando para sentenciar… si el plantel no hubiera estado casi tan cansado como su oponente. Así el reparto de errores en los ataques de ambos conjuntos fue tremendo, y el 21-22 que se mantuvo durante varios minutos abocaba el partido a un final dramático.
Así sucedió. Después que el Viveros Herol fallara su ataque para poner dos goles de renta a minuto y medio del final, Quino Soler pidió tiempo, y Luis Castro puso el 22-22 faltando 26 segundos para el final. Senovilla había agotado sus tiempos muertos, así que tocaba buscarse la vida en la cancha, y vaya si se la buscó Moyano, que se hizo con la bola y avanzó hasta los diez metros para soltar un latigazo que pasó por debajo de las piernas de Villamarín, dándole al Balonmano Nava una victoria de muchísimo mérito que le sitúa un poco más cerca de la Asobal. La celebración del equipo sobre la pista fue más que lógica.
