Una mueblería y una cena romántica parecen no tener mucho en común, a no ser que su dueño también sea un organizador de eventos dispuesto a ayudar a “encontrar la media naranja” de su clientela.
Ese es el caso de Julio Gosende, quien empezó por “cachondeo” la propuesta de la cena de solteros que tendrá lugar el próximo sábado 1 de abril en Celanova (Ourense) y cuyo teléfono no deja de sonar para hacer reservas.
Además de gallegos, en esa cena habrá invitados de Asturias, León y hasta de Segovia, según el promotor, quien explica que más que una cita será una experiencia que ofrezca la posibilidad de visitar a las 19,00 horas el monasterio de San Salvador de Celanova, recorrido seguido de vinos y aperitivos, cena, ‘photocall’ y baile.
En total, 212 personas, entre las que hay un público “cincuentón” predominante, matiza Gosende.
Si sale bien, el empresario no descarta repetir la experiencia en Navidad, ya que lamenta que esa sea una época festiva en la que hay “mucha gente sola”.
Se trata de una de unas cuantas iniciativas que han nacido en Galicia para ayudar a ligar: una taberna que promueve un ‘Tinder’ analógico, una discoteca cuna de los romances ‘sénior’, la mueblería orensana que organiza cenas de solteros y una promotora de eventos que prepara citas secretas. Estas son las cuatro curiosas opciones gallegas recogidas por la agencia Efe.
En la era digital, conectar con otros es más fácil que nunca, pero muchos tropiezan a la hora de establecer relaciones interpersonales.
En consecuencia, aparece la soledad, uno de los síntomas que unos emprendedores advirtieron entre sus clientes y que les llevó a promover iniciativas con las que recuperar eso de ligar como antaño.
La idea común es ser una suerte de “celestinas” de las 14.501 personas solteras, 2.801 divorciadas y 2.866 viudas que el Instituto Nacional de Estadística (INE) computó en España a finales de 2022. Y de más, si esa cifra hubiese aumentado.
Aunque las propuestas nacen, todas ellas, en territorio gallego, no hay en absoluto fronteras, ni territoriales ni de edades, para formar parte de estas singulares iniciativas, tal y como comparten sus impulsores en las respectivas conversaciones mantenidas con Efe.
Si uno se adentra en el Casco Vello de Vigo no tiene garantizado acabar emparejado, pero sí bastantes probabilidades de recibir un posavasos con mensajes tan atrevidos como “eres cacao y yo soy tu bizcochito”.
Los miércoles no son un día cualquiera en el local de Cristina García y Alejandra Gómez, pues son, como ellas alardean, “Miércoles de Pinchito” en los que “no cabe ni un alfiler”. Todo surgió de una idea que dos clientas de toda la vida aportaron y que, debido a las restricciones sanitarias de la pandemia que puso en jaque al mundo, no pudo ser implementada hasta hace unos meses. “La clave es perder el pudor a ligar como siempre”, detalla García.
Para ponerlo más fácil, en A Mina uno se sienta, pide su bebida, ‘escanea’ detenidamente y si ve a alguien que le guste puede pasarle un posavasos con el nivel de misterio y anonimato deseado a Gómez, que se lo hace llegar a los/las destinatarios/as.
La organizadora de eventos Graciela Castro percibió en su entorno una “necesidad impetuosa de conocer a gente” y quiso paliarlo con cenas secretas en las que predominase la “responsabilidad afectiva”, dice. El sistema, que retomará este 2023 tras el parón de la crisis del coronavirus, consiste en anunciarlas a través de redes sociales dando a conocer únicamente la provincia en la que van a tener lugar. La gente puede apuntarse hasta que se “acabe el cupo” y después “empieza la aventura” entre pistas por adivinar el dónde y también el qué esperar del encuentro. Galerías de arte, playas o hasta gimnasios son posibles escenarios de enamoramiento para los grupos de 30 personas, normalmente en un rango de edad entre los 35 y los 50 años.
