Al menos ocho civiles murieron ayer en un ataque perpetrado contra una parada de trolebús en la ciudad de Donetsk, en el este de Ucrania, un suceso que las autoridades de Kiev atribuyeron a los milicianos separatistas prorrusos y el Ejecutivo de Moscú achacó al Gobierno ucraniano.
Nadie aclaró si el ataque fue un bombardeo o se trató de un atentado con morteros, pero sí se sabe que destrozó un trolebús y destruyó los cristales de las ventanas de los edificios próximos tras una noche de intensos combates entre prorrusos y militares ucranianos en el aeropuerto de la ciudad.
Un portavoz de las Fuerzas Armadas ucranianas, Vladislav Selezniov, denunció que diez militares ucranianos murieron en la noche del miércoles al jueves, seis de ellos en el aeródromo, una infraestructura que tiene una importancia simbólica y en la que un grupo de militares bajo órdenes de Kiev lleva meses aguantando las ofensivas de los prorrusos.
Posteriormente, el portavoz militar ucraniano reconoció que las fuerzas de Kiev se retiraron de la nueva terminal del aeropuerto aunque siguen controlando la zona sur del aeródromo. “Salimos de la nueva terminal porque parece un coladero y, simplemente, no hay donde esconderse”, dijo Seleznyov.
CRUCE DE ACUSACIONES
Tanto el Gobierno de Kiev como el Ejecutivo de Moscú se cruzaron acusaciones sobre la autoría del ataque, sin que, hasta el momento, se sepa si el ataque se perpetró con morteros, misiles o algún otro tipo de proyectil.
Un cámara de Reuters vio seis cadáveres en la parada del trolebús, situada en el distrito de Bosse, en el sur de Donetsk. Las autoridades regionales elevaron a ocho el número de muertos aunque los separatistas prorrusos advirtieron de que el balance podría ser mayor.
El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, aseguró que el ataque fue obra de los separatistas y que Rusia, a la que acusa de armar a los separatistas, es responsable de lo sucedido. Vladimir Kononov, un mando de los prorrusos, aseguró que había “un grupo de sabotaje” y que ese grupo “ha sido detenido”.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Ucrania señaló que el ataque no puede ser obra de las Fuerzas Armadas ucranianas porque se encontraban a 15 kilómetros de distancia del lugar en el que se sucedieron los hechos.
Hasta la fecha, han sido pocos los progresos que se han hecho en el marco de las conversaciones a cuatro bandas celebradas este miércoles en Berlín con delegaciones de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia.
El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, afirmó que los ministros de Exteriores acordaron una “línea de demarcación” entre las fuerzas de Kiev y los separatistas donde comenzaría la retirada de armas pesadas.