Seguí con atención la charla que Raúl Castro, ex columnista de este mismo espacio, mantuvo en su canal ‘Listening Leaders’ con Francisco Roca, alto directivo con experiencia en la NBA, LaLiga y en ACB.
La entrevista, como todas las que hace Raúl, no tiene desperdicio y la media hora de duración te deja con ganas de más. Pero esta vez, al tratarse de deporte y ante los contenidos tratados, me pareció imprescindible para cualquiera que tenga un mínimo interés en la industria del deporte profesional. Especialmente el tramo de conversación sobre cómo captar el interés de los más jóvenes.
Raúl puso de ejemplo su visita al equipo de béisbol de los Phillies de Filadelfia y cómo montan estrategias de marketing con valor añadido para atraer y fidelizar a este público joven. Pero, ¿qué pasa con el producto base, con el propio deporte?
Francisco Roca comentó cómo los jóvenes, acostumbrados a consumir rápida y, hasta diría yo, compulsivamente, recurren a los últimos minutos de partido y a los highlights para no tragarse el partido entero. Incluso, Raúl mencionó el éxito de la Kings League, superando todas las expectativas de público en su primera edición.
La Fórmula 1 ha captado muy bien este mensaje, aportando emoción donde no la hay, porque sabes que van a ganar los Red Bull, salvo que Alonso diga lo contrario. Así, ofrecen una clasificación a través de tres fases (la Q1, la Q2 y la Q3), una tras otra, con un vértigo que asusta y esto, a los jóvenes, de emociones fuertes y rápidas, les atrae.
Creo que los deportes más seguidos como el fútbol, baloncesto, tenis…, si no quieren ver caer sus audiencias de gente joven, o le dan una vuelta a sus competiciones eternas, sobresaturadas y carentes de interés competitivo en muchos partidos intrascendentes, o el público joven les irá dando la espalda.
