Estamos asistiendo a un goteo de informaciones muy preocupantes, que socavan el prestigio del Congreso y del Senado y que provocan vergüenza a la ciudadanía como el gravísimo caso conocido en el seno del Grupo Socialista, del que cada día que pasa conocemos cosas más vergonzosas y del que no han dado aún explicaciones. Es necesario que cuanto antes los dirigentes del PSOE expliquen de una vez todo lo que conocen de la trama que afecta a su grupo parlamentario y al Gobierno y que se investigue a fondo.
El PSOE está implicado en el caso Tito Berni, un auténtico vodevil del que parece que nos queda aún mucho por conocer, pero sigue sin dar explicaciones también sobre un caso extremadamente grave y que afecta de manera directa a uno de sus barones, como es el caso Azud en la Comunidad Valenciana. Ha especulado con indultar a los cabecillas del mayor caso de corrupción de la historia de nuestro país, como son los ERE y ha sido el primer Gobierno de España en rebajar las penas de lucha contra la corrupción, modificando el delito de malversación.
El PSOE está degradando el prestigio de la política española de una manera vergonzosa.
En cuanto a la moción de VOX, decir que tengo un profundo respeto por todos aquellos que quieren cambiar a este Gobierno, como yo, pero también lo tengo por las instituciones de mi país y, precisamente por eso, no podemos apoyar esta moción de censura. Creo que no contribuye en nada a reforzar la alternativa a Sánchez, es más, le concede una victoria parlamentaria en un momento de absoluta derrota social y porque pone las instituciones de España al servicio de un espectáculo, que es precisamente lo que quiere Sánchez.
A lo largo de la legislatura hemos visto cómo Vox ha sido en varias ocasiones tabla de salvación de Sánchez y desde 2018 vemos que ambos se necesitan y se benefician mutuamente. Con la moción hay una novedad: ni siquiera beneficia a Vox, solo beneficia a Sánchez, por lo que, si cabe, es aún más difícil de entender su presentación.
En cuanto a FERROVIAL, creo que no sorprenderá a nadie que el Partido Popular califique como una pésima noticia la marcha de Ferrovial de España.
Lo que es sorprendente es que al Gobierno Sánchez también lo haga, porque parecería que es el primero de sus grandes objetivos cumplidos. Han insultado hasta la saciedad a las empresas y los empresarios. Han obstaculizado como nadie antes la captación de inversión y de talento en nuestro país. Han generado las condiciones para que España sea un país menos atractivo que otros muchos de nuestro entorno. Se lo advertimos en numerosas ocasiones, pero el Gobierno estaba demasiado ocupado contentando a sus socios, despenalizando la corrupción y aprobando leyes chapuza.
Lo que es profundamente llamativo es que el Gobierno no sea capaz de coordinarse ni para reaccionar a esto. La vicepresidenta Yolanda Díaz dice que se van para no pagar impuestos. El portavoz socialista Patxi López dice que al irse pagarán más impuestos. La vicepresidenta Calviño dice que están estudiando los argumentos para que puedan quedarse. El portavoz de Podemos, Pablo Echenique, dice que se vayan y pide que el Gobierno los penalice sin construir nunca más en España. O sea, pide que el Gobierno prevarique.
En la Ley del solo sí es sí Sánchez predijo, cuando ya empezaba a haber rebajas de condenas, que esta Ley sería un ejemplo para el mundo. Pero más bien es un ejemplo de cómo funciona este Gobierno, de su frivolidad e incapacidad para hacer una Ley y de su soberbia de no ser capaz de escuchar a nadie.
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(*) Diputado Nacional del PP por Segovia.
