Durante más de un mes, los clarines y timbales de la plaza de toros de Las Ventas, la más importante del mundo, anunciarán a las siete en punto de la tarde el comienzo de un festejo taurino. Entre la Feria de San Isidro, que empieza el próximo jueves, y el abono del Arte y la Cultura, serán, en total, 25 corridas de toros, tres novilladas y cuatro jornadas en las que los rejones serán los protagonistas. La esperanza de más de medio centenar de hombres será cruzar a hombros la Puerta Grande del templo de la calle Alcalá para, con ello, pasar a la Historia.
Sin embargo, el ciclo madrileño no ha empezado con buen pie. Más de 2.000 abonos se han quedado en taquilla sin vender. Según fuentes oficiales, la empresa adjudicataria del coso dejará de ingresar en torno a los dos millones de euros por esta circunstancia. Atrás quedan ya aquellos tiempos en los que conseguir esa entrada conjunta era una simple quimera para cualquier aficionado. La crisis económica también ha golpeado a la Fiesta que ha reducido el número de festejos globales y que, además, ha visto disminuido el público que acude a los mismos.
No obstante, a pesar de este hecho, Madrid se volverá a convertir, un año más, en el centro de aquello que el periodista Antonio Díaz Cabañete definió como planeta de los toros.
Mucha de la expectación de la Feria se concentrará el día 18. Ese día, para el que ya se han agotado las entradas sueltas, salvo el mínimo legal exigido para vender en la mañana del festejo, Alejandro Talavante se enfrentará en solitario a seis toros de Victorino Martín. Apuesta fuerte la del diestro extremeño que, además, se anuncia junto a Castella y Manzanares el viernes 24 en uno de los carteles más cerrados del ciclo isidril.
También muestra su compromiso con Madrid un sevillano, Morante de la Puebla, que tendrá tres tardes en el abono para mostrar el buen momento por el que atraviesa, como se vio en La Maestranza. Si las musas aparecen, el diestro andaluz puede convertirse en el gran protagonista de la Feria.
En tres festejos se anuncian asimismo Iván Fandiño y El Cid. Lo del vasco, que además se verá cada tarde con un encaste diferente, es el premio a su gran temporada, en la que demostró que desde los carteles denominados toristas también se puede llegar a lo más alto del escalafón. En cambio, lo del sevillano es menos comprensible, ya que, a pesar de ser uno de los niños mimados del público venteño hace mucho que no ofrece su mejor versión, aquella que encandiló al toreo, sobre todo, por naturales. El francés Sebastian Castella, que conoce las dos puertas fundamentales de la plaza: la Grande y la de la enfermería, actuará también en tres festejos y, al igual que el de Orduña, abrirá sus posibilidades al enfrentarse a hierros de tres procedencias diferentes.
Otro de los grandes triunfadores de la temporada pasada José Mari Manzanares se acartela dos días en Madrid en festejos de esos que en la capital llaman de clavel por la expectación que levantan y la cantidad de gente guapa que acude a su reclamo.
Parte fundamental del abono serán los jóvenes toreros con ocho confirmaciones de alternativa entre los matadores y otras dos entre los rejoneadores. En este grupo no se puede dejar de mencionar a Jiménez Fortes, una de las sensaciones del curso pasado.
Existe, además, otro grupo de toreros que pueden puntuar en San Isidro e, incluso, dar la sorpresa. Entre ellos cabe citar a Morenito de Aranda, Diego Urdiales, David Mora, Eduardo Gallo, Daniel Luque, Javier Castaño y los mexicanos Diego Silveti y Juan Pablo Sánchez.
En cuanto a las ganaderías, Madrid ofrece el abanico más amplio de todas las Ferias que se anuncian en España. Variedad de encastes con hierros que contentan tanto a los más toristas como a aquellos que prefieren ganaderías de las denominadas como comerciales. Así, Cuadri, Victorino, Juan Pedro, Jandilla o Victoriano del Río concentraran el interés.
Dos diestros no aparecen en ninguno de los carteles madrileños, a pesar de lo que representan para el toreo: ni El Juli ni José Tomás harán el paseíllo sobre el albero de Las Ventas, aunque por distintas circunstancias. En el caso del matador de Velilla de San Antonio se trata de una cuestión económica, puesto que el diestro se sintió maltratado por la empresa en este aspecto. Lo del torero de Galapagar es otra historia, pues, en pleno mes de mayo, no se conoce su previsión para esta temporada. El madrileño actuó el año pasado en tres tardes: Badajoz, Huelva y Nimes, pero para este curso, se desconoce tan siquiera si hará campaña en tierras españolas.
