UGT señaló recientemente que la tasa de crecimiento del 0,8% del PIB en el primer trimestre evidencia que “no se está consolidando la recuperación” y la economía española es “muy vulnerable” a factores externos y al ciclo económico internacional.
En un comunicado, el sindicato dice ver “imprescindible” acabar con las políticas de austeridad que a su juicio “han agravado los efectos de la crisis”, así como practicar otras políticas, que “deberían constar entre los objetivos del Plan Nacional de Reformas, que apuesten por la lucha contra el desempleo, la pobreza y la desigualdad”.
“La evolución de los datos del PIB ponen de manifiesto que no parece consolidarse la tan presumida recuperación, más teniendo en cuenta que ese crecimiento sigue sin consolidarse y sin trasladarse al bienestar de los ciudadanos y trabajadores de nuestro país”, señala la organización.
Asimismo, considera que el modelo de crecimiento es “tan dependiente de actividades y factores estacionales y tradicionales, que la economía es muy vulnerable ante shocks externos y vaivenes del ciclo económico internacional”. En este sentido, UGT reclama un crecimiento real de los salarios que aumente la demanda interna, el poder adquisitivo de los trabajadores y que dinamice la economía.
Igualmente, agrega que “es la primera vez en la historia de la economía española que, con un crecimiento del PIB por encima del 2% no solo no se genera empleo, sino que se destruye, lo que refleja claramente la debilidad de nuestra economía y lo lejos que está la senda del crecimiento real de la misma”.
De esta forma, considera que el próximo Gobierno debe ser consciente de este hecho para “no volver a caer en políticas erróneas que han dado lugar a un modelo económico y productivo incompatible con el progreso social y la igualdad, e incluso con la propia estabilidad macroeconómica”.
“Las políticas practicadas en España en los últimos años se han caracterizado por un debilitamiento de la estructura económica y una creciente desigualdad social”, agrega el sindicato.
En su opinión, Europa tiene la “obligación” de permitir el crecimiento de sus miembros y no “ahogarlos con unos objetivos de déficit público imposibles de garantizar sin una estructura económica fuerte”, por lo que demanda a las instituciones europeas una política económica y social expansiva. Además, opina que entre los objetivos del Plan Nacional de Reformas debe priorizarse la lucha contra el desempleo, la pobreza y la desigualdad.
