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La lucha contra el arsénico y los nitratos

por Juan Carlos Domingo Pinillos (*)
23 de febrero de 2023
en Tribuna
JUAN CARLOS DOMINGO PINILLOS
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Una de las principales fuentes de abastecimiento de agua en multitud de municipios de nuestra provincia, y en general, en el mundo rural, son las aguas subterráneas. La velocidad de renovación de estas aguas es muy lenta, y cualquier alteración en sus parámetros de calidad, afecta durante un largo periodo de tiempo a las mismas. Son aguas muy sensibles y fácilmente alterables.

La típica llamada del alcalde de un municipio comentando “Tengo un problema de arsénico en el pueblo, ¿Cómo puedo solucionarlo?”. O de nitratos, o de ambos. Esta llamada, cada vez es más frecuente, por desgracia.
La mayoría de los casos de contaminación de aguas subterráneas por arsénico se produce de manera natural, pues existen más de 200 especies de minerales que contienen este elemento, y se encuentra en rocas y suelos mayoritariamente de origen volcánico. Pero también se puede producir por la acción del hombre, en procesos industriales, y en productos de origen agrícola en menor medida.

Para los nitratos es justo lo contrario. Mayoritariamente se produce por la acción del hombre a través de actividades de origen industrial, urbano o agrícola. Hoy en día, se está convirtiendo en uno de los principales problemas de contaminación de aguas subterráneas de España. El ciclo natural del nitrógeno en los suelos agrícolas, unido a las actividades que se realizan en este tipo de suelos, produce una serie de alteraciones que fomentan que parte de este elemento fluya hacia la zona saturada con agua del subsuelo.

Y es que, el cambio climático que sufrimos desde hace algunas décadas, está fomentando la pérdida paulatina de zonas de pastos permanentes o de zonas de humedales, entre otros ejemplos posibles, lo que fomenta a su vez que se infiltre más rápidamente estos elementos nocivos a las aguas subterráneas. Estas zonas húmedas tienen una función natural depurativa de reducción de las concentraciones del nitrógeno en superficie, y por lo tanto, su perdida empeora aún más este problema.

El cambio climático también afecta a la contaminación por arsénico, pues incluso en las aguas superficiales se están acumulando niveles de concentración de arsénico superiores a lo habitual, generalmente por la reducción de cubierta de nieve o la ampliación de los periodos secos a lo largo del año, generando cambios biogeoquímicos que ayudan a la disolución de metales pesados como el arsénico de las rocas.

Existen investigaciones realizadas en España y Estados Unidos que ponen de manifiesto estos hechos, y que nos deberían hacer reflexionar sobre el mundo al que nos dirigimos desde el punto de vista medioambiental, y si es sostenible la gestión del medio ambiente que se está realizando en el mundo. En la Universidad de Washington, han constatado que el calentamiento global del planeta, puede provocar un incremento de arsénico en el arroz. Estos resultados obtenidos, cuando menos, deberían hacernos pensar en el agua y el medio ambiente un poco más.

Precisamente en la provincia de Segovia, andamos algo escasos de masas de agua superficiales y humedales, y llevamos años desojando la margarita de la creación de nuevas masas de agua. Que si aquí no, y allí tampoco. Y los de siempre, intentando desmontar cualquier propuesta que surja.

Las aguas subterráneas están ahí y tenemos nueve masas de aguas subterráneas en la provincia, pero tienen sus limitaciones como se ha explicado anteriormente. La sobre-explotación de los acuíferos porque no tenemos masas de agua superficial suficientes, no es la solución. Todo el ciclo del agua tiene que estar equilibrado para asegurar su sostenibilidad en el tiempo.

El último embalse creado en la provincia de Segovia que recuerdo, fue el de Pontón Alto en La Granja y Palazuelos de Eresma realizado sobre el año 1990, hace más de 30 años, con una capacidad de 7,4 Hm3 (La capacidad media de un embalse en España es de 155 Hm3). Badajoz es la provincia de España con mayor capacidad de agua embalsada (7.000 Hm3), y Valladolid la que menos (6 Hm3).

La provincia de Segovia tiene una capacidad máxima de almacenamiento de unos 86 Hm3, de los cuales, 74 Hm3 (87 %) se concentran en la zona noreste de la provincia, limítrofes con las provincias de Burgos y Valladolid, y entre los municipios de Fuentidueña, Burgomillodo y Maderuelo. Para todo el resto de la provincia quedarían unos 11 Hm3 , de los cuales, 7,4 están en el embalse del Pontón Alto, 2,4 en el embalse de Puente Alta, y 1,5 en el embalse del Tejo.

Si confeccionamos un mapa donde se pueda observar la provincia de Segovia y sus zonas limítrofes, donde veamos las zonas vulnerables a la contaminación por nitratos, que en general, suelen coincidir en gran número de ocasiones, con la contaminación por arsénico si hay actividad antropogénica en esa zona, donde veamos las concentraciones de nitratos en aguas subterráneas, donde se vean los embalses existentes y las zonas de Reserva Natural Fluvial (RNF) , se puede llegar a ciertas conclusiones como:

1.- Las zonas con concentraciones de nitratos medias y altas (mayores de 25 y 50 mg/l), coinciden sensiblemente con las zonas vulnerables por nitratos.

2.- En la provincia de Segovia y zonas limítrofes de otras provincias, en las áreas donde existen masas de agua superficiales, las concentraciones de nitratos en aguas subterráneas es baja (puntos verdes).

3.- Dentro de una zona vulnerable a los nitratos, existen áreas con una baja concentración de los mismos, como la zona desde Chañe a Sanchonuño donde coincide se realizan recargas de acuíferos.

4.- Las zonas limítrofes al trazado de ríos de cierta importancia, pueden producir áreas de baja concentración, provocado por la recarga natural de los ríos a determinados acuíferos y humedales. (Navas de Oro, Nava de la Asunción). Recordemos que Nava significada, tierra llana y pantanosa, o sea, propicia a tener humedales.

5.- En toda la provincia de Segovia, solamente existe una zona de Reserva Natural Fluvial, que precisamente coincide con la zona propicia para la realización de un embalse para la ciudad de Segovia y su todo su alfoz. Esta ubicación es conocida desde la aprobación del Plan General de Planificación Hidrológica a principios del siglo XX, con capacidad suficiente (unos 25 Hm3). Recientemente, en el año 2015 se empiezan a declarar las primeras R.N.F, a propuesta de grupos ecologistas y el Estado.

La ciudad de Segovia y su alfoz, es el territorio de todo Castilla y León y gran parte de España, que está ubicado más cerca de una cordillera montañosa, lo que le confiere una singular problemática, pues no hay espacio suficiente para poder albergar embalses de una mediana capacidad. Ahora, coincide que se ha declarado la única RNF de toda la provincia, a una pequeña parte del río Eresma que coincide justamente, kilometro arriba, kilómetro abajo, con esa localización exacta de la ubicación del mencionado embalse. Desde esta ubicación, se podría dar agua por gravedad, sin bombeos ni las complicaciones y costes que llevan aparejados, a la ciudad de Segovia, pueblos de alrededor, e incluso al Real Sitio. En Madrid, coexisten los RNF y los embalses. Sin agua, no hay desarrollo posible.

Con respecto a la concentración de nitratos en las aguas superficiales en la provincia de Segovia, la generalidad está por debajo de los 2 mg/l. Existen algunos tramos de los ríos Eresma y Duratón, donde la concentración está entre los 2 y 10 mg/l, y algún punto esporádico en otras zonas por encima de los 10 mg/l.

La provincia de Segovia tiene 316 núcleos de población con un censo menor de 300 habitantes. Si el problema es solamente de arsénico, existen equipos en el mercado con sistemas de adsorción y también de osmosis inversa, que para estos núcleos pequeños entre la obra de la caseta junto al depósito de agua, equipos y complementos puede tener un coste de implantación entre 70-85.000 €, dependiendo de las circunstancias de cada caso. A mayor población, el coste se irá incrementando. Luego existen los costes de funcionamiento y mantenimiento, que generalmente habrá que repercutir en las tasas del servicio de aguas. Si el problema es de nitratos, o de arsénico y nitratos, se suelen instalar plantas de osmosis inversa, que tienen unos costes similares a los expuestos anteriormente.

La resolución del problema a veces es sencilla si queremos verlo. Otras veces los árboles no te dejan ver el bosque. A corto plazo, se suele parchear con estos equipos de potabilización. A medio y largo plazo, son posibles otras soluciones medioambientalmente sostenibles de mayor calado, y que localmente son más económicas para el usuario. “Omnes ius habent aquae”.

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Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda

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