Nadie pone en duda que el Mundial de de fútbol de Qatar 2022 fue un éxito deportivo y de organización, además de ir acompañado de una de las finales que se recordará como la mejor.
El Mundial costó un total de 200.000 millones de dólares, constatado por consultoras y la propia organización, que reconocía haberse gastado ese dinero. Solo una gran duda, ¿habrá servido para mejorar la imagen de un país donde las libertades de civiles y los derechos sociales están coartados?
La falta de libertad para las mujeres y los más crueles castigos que se imponen a quienes incumplen los rígidos protocolos religiosos hacen que aquel país sea un infierno. De aquí que la pregunta que muchos nos hacemos, ¿Cómo la Federación Española de Futbol, ha mantenido, y seguirá manteniendo la sede de la Supercopa de España en Arabia Saudí, un país aún más radical que Qatar?
Solo se puede explicar la decisión de mantener la copa en ese país, por una pésima gestión del propio presidente de la Federación Española de Fútbol. Este año han sido, Real Madrid, Barcelona, Betis y Valencia los que han participado de la ‘tarta’ que les han puesto en bandeja, y al año que vienen serán otros, que también cerraran los ojos y se marcharan con su parte del pastel.
El dinero lo puede todo y no hay nada más hipócrita que el mundo del futbol, donde un puñado de dólares parece poder comprarlo todo. Nadie pone en duda que esto es un negocio, pero un poco más de ética, creo le vendría bien.
