Que Ramsés Gil es capaz de gestionar un vestuario lo demostró en su etapa como capitán de la Gimnástica. Ahora, como entrenador, aprovecha esa virtud para alabar en público a sus jugadores cuando hace falta y amonestarlos si procede. El altavoz lo ponemos los periodistas.
Lo que pasa en los entresijos de la Sego no lo sabemos, pero lo que percibimos durante los partidos es que cada uno de los integrantes del plantel está involucrado al máximo en el proyecto de su entrenador y en su espíritu combativo. En un colectivo de deportistas en los que inevitablemente unos juegan más que otros esa comunión es vital.
En Don Benito formó de inicio Hugo Marcos y, si la memoria no me falla, todos los integrantes de la plantilla salvo Plomer, que acaba de llegar, han sido titulares. Se sienten útiles porque sin duda lo merecen. Así las situaciones de bonanza deportiva fluyen, y las malas dinámicas se sobrellevan mejor.
Por eso ahora, con cinco partidos sin ganar y tres sin perder, Ramsés aprovecha una rueda de prensa para que sus muchachos no pierdan el foco. El objetivo está en cada partido, sin delirios de grandeza ni cuentos de la lechera. Ramsés ha vivido tantas situaciones con la Gimnástica que ya nada puede sorprenderlo. Toda situación, por muy surrealista y negativa que sea, siempre es susceptible de empeorar. Mejor prevenir que curar.
El mensaje llega en un momento en el que el equipo está quinto y las sensaciones no han terminado de ser malas, por lo que el bache bien pudiera ser temporal. Pero Ramsés ha entendido que era el momento adecuado para evitar lamentos posteriores. Sabe lo que hace.
