El Ayuntamiento de Segovia intenta llegar a acuerdos con los propietarios de las fincas próximas a la estación del tren de alta velocidad para que dejen estacionar vehículos privados, mientras él coloca piedras de grandes dimensiones para impedir el aparcamiento en las fincas de su propiedad.
Existen varios ejemplos. Uno de ellos se encuentra en el barrio de San Marcos, junto a la carretera que comunica con Zamarramala. Allí aparcaban numerosos vehículos que se acercaban a la iglesia de la Vera Cruz o al restaurante San Marcos. Pero el Ayuntamiento depositó piedras que impiden el paso de vehículos. Tan sólo pueden dejarse coches en la zona privada que pertenece al del establecimiento hostelero.
En este mismo barrio de San Marcos existe otro espacio donde se podía aparcar hace tiempo. Pero el Ayuntamiento decidió limitarlo a los autobuses. Unas señales a la entrada advierten de la prohibición de entrar a la conocida como explanada de San Marcos, enfrente de la alameda de La Fuencisla.
Otro punto de la ciudad donde se dejaban coches aparcados libremente se encuentra junto a la vieja carretera de Madrona, en la parte trasera de la Comisaría de la Policía Nacional. Cuando se decidió derribar las chabolas que existían en el lugar, quedó una zona despejada que comenzó a utilizarse como aparcamiento por parte de los propietarios de vehículos. El Ayuntamiento, después de asfaltar la calle y limpiar ese espacio, colocó también grandes piedras que impiden dejar vehículos. Tan sólo se estaciona ahora en los laterales de esta calle, aunque se impide el paso de peatones por otro lado que no sea la propia calzada.
