Pasaba por allí y entré. Lo había hecho años antes en múltiples ocasiones. En la grada del polideportivo, alrededor de decena y media de espectadores. Amigos/as y familiares de los jugadores de edad juvenil protagonistas de un encuentro de fútbol sala de la competición, o así, de juegos escolares. Lo que vi lo cuento.
Sobre la superficie de la cancha, dos equipos que pronto demostraron que se citaron –les citaron- para jugar una ‘pachanga’ (partido improvisado o informal de un deporte colectivo o de equipo). Para mejor comprensión lo describo a modo de imágenes:
– Ninguno de los dos ¿conjuntos? tenía entrenador o técnico. Los cambios los hacían los jugadores cuando consideraban oportuno (‘sal tu, que me quito yo’).
– En uno de los equipos cada jugador llevaba la indumentaria de un color. Ninguno tenía número en la camiseta. El árbitro fue el único del ‘conjunto’ que cumplía con la norma de vestimenta y ‘seriedad’. Cada vez que un equipo marcaba un gol tenía que preguntar al jugador su nombre o bien pedirle con que número de dorsal se había inscrito en el acta. Fue, sin duda, el mejor del ‘acto’…
Por aclarar conceptos y dudas: ‘Los Juegos Deportivos Escolares son la competencia nacional oficial en la cual alumnos de escuelas públicas y privadas de todo el país participan anualmente en catorce disciplinas deportivas. Los estudiantes actúan en nueve deportes individuales y cinco colectivos, por categorías y en etapas’.
‘Los campeonatos en edad escolar se organizan desde las Direcciones Generales de Deportes de las Comunidades Autónomas, que coordinan a las Diputaciones Provinciales y Ayuntamientos’.
¡Deporte en edad escolar, quién te ha visto y quién te ve!
¿Saben de verdad lo que están haciendo? ¿De quién es el dinero público?
