Antonio Buero Vallejo no faltó a la cita con la selectividad y de nuevo las preguntas relacionadas con la dramaturgia de la segunda mitad del siglo XX fueron clave para abrir o cerrar las puertas de la universidad a los bachilleres segovianos. La coincidencia provocó un espontáneo cruce de experiencias entre los universitarios del campus María Zambrano y los estudiantes que ayer iniciaron los exámenes de la selectividad allí. “A mí también me cayó”, “Yo elegí a Buero Vallejo y mira donde estoy”, comentaban los universitarios a los aspirantes para templar nervios y dar ánimos.
Los momentos más tensos se vivieron minutos antes de iniciar el primer ejercicio, —un comentario de texto, preguntas de Lengua castellana y discurso literario — pero ayer no hubo que lamentar incidentes, ni despistes, ni mareos… La sesión inaugural de las pruebas de acceso a la universidad (PAU) que se realizan los días 10, 11 y 12 de junio se desarrolló con normalidad, según remarcaron Miguel Fernández Temprano y Carmen Sañudo, presidentes de los tribunales de examen de las dos sedes que la Universidad de Valladolid ha habilitado en el campus de Segovia.
El campus de Segovia, detrás del de Valladolid, es el que más alumnos tiene inscritos en la PAU del conjunto de la UVa, con un total de 692 estudiantes de 19 centros de la provincia. Hay otro grupo de alumnos de los institutos de Cuéllar convocados en Valladolid. En todo caso, las primeras horas de examen congregaron en el ‘María Zambrano’ a los 587 aspirantes matriculados para realizar los ejercicios de las materias comunes: Comentario de texto, Historia de la Filosofía e Historia de España (con opciones a elegir), por la mañana, y Lengua extranjera, por la tarde. Hoy y mañana se realizarán las pruebas correspondientes a las materias de modalidad, de manera que los grupos se empiezan a dividir en distintas horas e incluso sedes de examen, ya que hay pruebas que se realizan en la Casa de los Picos.
En la sede 1 se presentaron cuatro alumnos con necesidades educativas especiales, —auditivos y trastornos de atención—, a los que se entregó por escrito todas las indicaciones que al resto se transmitían de forma oral o facilitando la lectura de los labios de los profesores, además de disponer de 30 minutos más para hacer las pruebas.
Los comentarios de los estudiantes sobre el primer ejercicio, intercambiados en el tiempo de descanso, indicaban que había sido un examen “incómodo” con alguna que otra trampa, tanto por el hecho de que los dos temas a elegir de Literatura eran de la última parte del temario, como por la exposición para análisis de una oración consecutiva que muchos vieron comparativa. Tras recoger las hojas de examen, los vocales de centro se reunieron en las sedes de los tribunales para colocar códigos de barras y eliminar datos de identidad de los folios y proceder a mezclarlos. En Valladolid serán intercalados los exámenes de los segovianos con los de alumnos de otros campus con el fin de mantener al máximo el anonimato y se repartirán de forma aleatoria entre los correctores, que a partir del viernes tendrán ante sí unas100 horas de trabajo.