Hace tres años, el entonces subdelegado del Gobierno en Segovia, Juan Luis Gordo, presentó la denominada Operación Heracles como uno de los grandes éxitos de las fuerzas de seguridad en la lucha contra el tráfico de droga en la provincia. El dispositivo permitió detener a 19 personas entre junio y julio de 2007, de los que finalmente únicamente cinco hombres han sido condenados, cuatro de ellos a tres años de prisión y el otro a un año.
El resto de acusados, cinco mujeres, al parecer las cónyuges o compañeras sentimentales de los cinco varones condenados, han sido absueltas porque, según el presidente de la Audiencia Provincial, Andrés Palomo, “en ocasiones no es suficiente el encontrar determinadas sustancias en el domicilio que comparte una pareja para probar la culpabilidad de ambos en un delito”.
Por ese motivo, la Fiscalía retiró la acusación a las mujeres, al conformarse sus parejas con las penas que solicitaba por delitos contra la salud pública.
Registros
La Subdelegación del Gobierno informó en su momento que la Operación Heracles se inició en enero de 2007, al detectar la Guardia Civil un movimiento extraño de vehículos de gama media-alta, propiedad de un grupo de personas con un poder adquisitivo presumiblemente muy bajo, lo que levantó las sospechas de los investigadores de la Policía Judicial del cuerpo armado.
En la investigación participó también la Policía Nacional dentro de un dispositivo que geográficamente abarcó también Madrid. La investigación concluyó que varios proveedores procedentes de República Dominicana, y residentes en la Comunidad vecina, operaban como ‘correos’, encargados de trasportar la droga —medio kilo de cocaína semanalmente— hasta Segovia donde entregaban la mercancía a sus dos principales ramas de distribución.
Los agentes efectuaron un seguimiento de los movimientos que realizaban los sospechosos desde pisos vigilados en las dos provincias, lo que permitió detener en Toledo a dos de los ‘correos’, cuando portaban 500 gramos de cocaína, el 4 de junio de 2007.
Al día siguiente se procedió al registro de cuatro domicilios en Madrid y uno en Segovia, lo que posibilitó la incautación de 10.500 gramos de cocaína, 8.600 euros en metálico, una escopeta de cañones recortados, una caja de seguridad, cuatro balanzas de precisión, una prensa hidráulica y tres batidoras para la manipulación y corte de la droga, así como armas blancas y otros objetos.
En una segunda fase, en julio, se efectuaron cuatro registros domiciliarios, dos en Segovia, uno en La Lastrilla y otro en Palazuelos de Eresma, en los que se incautaron pequeñas cantidades de cocaína y hachís, balanzas de precisión, etc.
Los detenidos en la provincia de Segovia tenían entre 16 y 50 años y varios estaban emparentados entre sí.