Esta semana comenzaba escuchando una entrevista realizada al vicesecretario de organización territorial del PP, en la que manifestaba que cada vez más catalanes ven en Feijóo un gobernante “sensible al hecho diferencial catalán”. Y tanto, ya que éste ha manifestado en más de una ocasión que Galicia es una nación, al estilo de los nacionalistas vascos y catalanes, es más, en las últimas elecciones gallegas el partido nacionalista gallego (BNG) escaló hasta los 19 escaños, siendo la segunda fuerza más votada.
Al día siguiente, recibía una noticia en la que, en Andalucía se creaba la primera escuela para enseñar a escribir en ´andalû´, impulsada por la extrema izquierda nacionalista de la comunidad gobernada con mayoría absoluta por el PP de Juanma Moreno.
Ese mismo día desayunaba con la noticia del fichaje por parte del PP de Borja Semper como portavoz de campaña del PP para las próximas elecciones municipales y autonómicas, el mismo que ha dicho que el futuro de Euskadi se tiene que construir también con Bildu, y que el propio Arnaldo Otegui ha compartido en Twitter.
Tal es la alegría por parte de la izquierda del fichaje de Borja Semper por el PP, que hasta Ana Pastor, fundadora de Newtral y directora del programa del Objetivo de la Sexta, manifestaba: “Buen fichaje. Ojalá se note el rumbo del PP”. Y finalizaba el día con las declaraciones de Feijóo admitiendo que una coalición con VOX sería mala para el país.
Con esta situación y la que está cayendo en el panorama nacional, con un Sánchez en plan dictatorial, modificando leyes a su antojo y recortando cada día más derechos y libertades a los españoles, el PP se dedica a demonizar al que debería ser su aliado natural.
Pues bien, desde VOX seguimos a lo nuestro, ya que hemos presentado nuestro recurso número 45 ante el Tribunal Constitucional contra la “ideológica y partidista” ley de Memoria Democrática por limitar la libertad de manifestación, expresión, cátedra y propiedad privada.
Una ley que impone la mal llamada memoria democrática como política de Estado, es decir, exaltar la memoria de unos españoles y despreciar la memoria de otros. Esa misma ley que el PP en Castilla y León emula con el decreto de Memoria Histórica que se niega a derogar. Y eso que firmó con VOX el pacto de investidura en el que se comprometía a sustituirla por una ley de concordia.
Por el contrario, esta semana debemos celebrar —gracias a VOX— el acuerdo alcanzado en la Junta de Castilla y León para la defensa de la vida. A partir de ahora se garantizará a las madres embarazadas el acceso a la atención psico-social, se implantará el protocolo del latido fetal, se promoverá el acceso a la ecografía 4D y se velará para que se respete el derecho fundamental a la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios.
VOX sigue con la mano tendida y es el PP el que debería llegar a más acuerdos con nosotros y olvidarse de partidismos para lograr algo mucho más importante: expulsar a Sánchez del poder. Es de extrema necesidad librarnos del autócrata y de todos los enemigos de España en quienes se apoya. Por eso, Feijóo tendrá que decidir si quiere repetir el modelo acertado de Castilla y León o el fracasado de Ceuta. No valen medias tintas.
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(*) Diputado Nacional de VOX por Segovia.
