Si al avezado lector le propusieran el reto de definir con una sola palabra la unión de la danza, el arte marcial, la música, las acrobacias, y la expresión corporal, no serían pocos los que se darían por rendidos, pero desde hace un tiempo en España cada vez son más los que sonríen al acertar con el nombre. Capoeira.
Porque esta modalidad que no se integra en ninguna categoría porque recoge lo mejor de varias, ha ido poco a poco haciendo un trabajo de ‘hormiguita’ para conseguir que cada vez sean más los jóvenes que apuestan por acercarse a ella, que en 2014 fue designada como Patrimonio Inmaterial por la Unesco por su belleza, historia, cultura y deportividad, y que en Segovia cuenta con una escuela, la que dirige Flavio Oliveira, que con tesón y trabajo ha conseguido hacerse un hueco tan importante que hace tres años logró traer a la ciudad la Copa de España, y en la jornada de ayer organizó el campeonato de España de la disciplina.
Así, en el pabellón Enrique Serichol se congregaron más de un centenar de deportistas llegados desde prácticamente toda España, además de varios competidores invitados de Portugal, Suiza e Inglaterra, que bajo una música pegadiza que sonó durante varias horas fueron compitiendo ante la atenta mirada de árbitros, jueces, rivales y espectadores.
Si la jornada de mañana se dedicó a las categorías inferiores en las que los más jóvenes tuvieron la oportunidad de demostrar su progresión, en la de tarde fueron los deportistas de las categorías superiores quienes demostraron su técnica, con combates espectaculares de una duración de 50 segundos en los que se pudieron apreciar las diferentes técnicas de los competidores, algunos más espectaculares, otros más sobrios, que mostraron lo mejor de sí mismos con los jueces de los combates decidiendo qué deportista, si el portador de la muñequera amarilla o el de la roja, habían vencido. Fue una jornada diferente en la instalación deportiva, y la mejor demostración de que la capoeira no es deporte, ni danza, ni expresión corporal, sino la suma de todas ellas. Y de alguna más.
