En todas las culturas se hacen regalos. Suelen hacerse por Navidad, Reyes, por cumpleaños, día de la madre, día del padre Es más costumbre que obligación. El acto de regalar es un momento para detenerse y reflexionar sobre el papel que juega esa persona en nuestras vidas. Es una ocasión para mostrar nuestro aprecio a las personas cercanas.
Como todo aquello que tiene relación con las tendencias naturales del ser humano (relaciones de amistad, familiar, social, etc) los regalos suelen ser objeto de negocio y ser utilizados para el consumo eliminando o disminuyendo las razones primeras del regalo.
Algunos pueden pensar que regalar se ha vuelto demasiado materialista. Hoy en día, obsequiar con una experiencia es tan válido o incluso más que hacerlo con un artículo material. No debemos subestimar el poder de regalar. Los psicólogos saben que regalar es una forma importante de conectar.
Un regalo tiene la capacidad de fortalecer un vínculo, mostrar amor y gratitud, o simplemente hacer que alguien se sienta especial. Pensar en el receptor y el tipo de regalo que le gustaría también mejora la conexión y construye relaciones. Un dato muy curioso, que han descubierto los psicólogos, es que las personas que dan regalos son más felices que las que los reciben.
Las culturas tradicionales cuando ofrecían regalos pensaban en los destinatarios y les daban lo que les definían. Era una manera de proclamar la identidad de la persona querida. Es lo que ocurrió con los regalos de los Magos como vamos a ver. Sin embargo en la actualidad los regalos buscan el entretenimiento o la utilidad.
Acabamos de terminar la fiesta de los “reyes” Magos. Los agraciados aún están disfrutando de los regalos recibidos en la noche mágica. Pero ¿Cuál es el significado de los regalos de los magos al niño de Belén? ¿Por qué esos regalos y no otros?
Los reyes venían de muy lejos, de Oriente, y venían con una intención clara, adorar al niño. Si solamente se adora a Dios, entonces la idea de los magos de ofrecerle regalos al niño era fruto de esa adoración; la adoración también se manifiesta con las obras, esto es con los presentes. Esto de ofrecer regalos a los Reyes era algo muy frecuente y común en esa cultura:
Ofrecen oro: El oro es el regalo que se da a los reyes, el metal más preciado, sirve para reconocer la realeza y grandeza de esa persona. Por tanto el que los Magos de Oriente, hayan ofrecido oro al Salvador es porque le reconocían ya como auténtico Rey, como el Rey de Reyes y Señor de Señores.
Así que ya desde su nacimiento se nos muestra cómo Cristo fue reconocido como Rey de Reyes, y Señor de Señores, fruto de su realiza, es por lo que se le ofrece el oro, regalo digno de un Rey.
Ofrecen incienso. El incienso en la biblia, así como en la cultura hebrea y judía se usaba para ofrecérselo a Dios, se quemaba delante de Dios para ofrecer sacrificios; la Iglesia católica aún hoy lo sigue haciendo. Por tanto, es una prueba de la divinidad de Cristo, ofrecerle incienso, como a un auténtico Dios. El evangelista Mateo nos quiere decir que los magos reconocieron la divinidad del niño recién nacido y por eso le ofrecieron incienso, como sacrificio agradable a Dios.
Le ofrecen mirra: La mirra la usaban los judíos para embalsamar los cadáveres, pero también se usó como perfume para las personas y objetos Es símbolo entonces de lo humano, de lo material, de lo carnal. Nos viene a enseñar que Cristo se hizo carne, humano, verdadero hombre, y murió por nosotros, por eso necesitó ser embalsamado con mirra:
Luego entonces, la mirra nos enseña a que ese niño que nació además de ser Verdadero Dios, es Verdadero hombre, y que iba a morir por nosotros, para nuestra salvación. Recordemos que en las Escrituras Cristo es llamado varias veces hombre Hoy en día la nueva era ve a Cristo como Energía divina, pero hemos visto que él no es energía sino un ser humano como nosotros, que también murió en la Cruz y fue embalsamado con mirra.
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(*) Catedrático emérito.
