En Navidad todo parece más fácil. Los niños y niñas escriben con renglones torcidos y letra más o menos legible en una pequeña cuartilla –o en las cartas ya impresas a tal fin- una retahíla de ilusiones en forma de juguetes con la esperanza de que Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente las hagan realidad en la madrugada del 5 al 6 de enero.
Para que las cartas lleguen a manos de los Reyes, el Cartero Real llegó ayer a la ermita del Cristo del Mercado, donde la Cofradía de la Esclavitud del Santo Cristo de la Cruz titular de la parroquia dispuso y organizó la recepción de los centenares de niños y niñas que, acompañados por padres, abuelos y tíos guardaban cola para entregar sus misivas.
La impaciencia infantil fue mitigada en parte por la contemplación del espectacular belén instalado en el interior de la ermita, donde los niños disfrutaron del monumental montaje realizado también este año en el interior del templo.
En el altar, el emisario real esperaba a los niños que se acercaban a él impresionados por su mágica aura, pero enseguida rompían el hielo para enumerar sus peticiones antes de entregar la carta en el cajón habilitado a tal fin, no sin antes significar sus méritos para obtener los regalos. “He sido un poco regular, pero he sacado muy buenas notas”, aseguraba uno de los pequeños en un arranque de sinceridad del que a buen seguro tomó también buena nota el Cartero Real.
A la salida de la visita, la Cofradía esperaba a los niños y su compañía con un deliciosos chocolate con bizcochos para poner la guinda a la jornada familiar, a cambio de un donativo voluntario que destinará a los proyectos asistenciales de Cáritas Diocesana de Segovia. Dentro de poco más de 24 horas, sabremos si la perfecta maquinaria de los Magos de Oriente sigue funcionando a buen ritmo…
