Recuerdo perfectamente las navidades de 2020, cuando al móvil me llegaban imágenes dantescas sobre la irrupción de un virus mortal en China, que decían que había surgido en el mercado de pescado al por mayor de Huanan, en la ciudad china de Wuhan, en diciembre de 2019.
Posteriormente, su propagación se extendería por el mundo entero causando millones de muertes; En España, aproximadamente 120.000 personas hasta la fecha.
En enero de 2020 el Gobierno español, a través del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias, Fernando Simón, llegó a decir que España no tendría, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado y el Gobierno, en un acto de funambulismo, miró hacia otro lado cuando en Italia estaban confinando en febrero, mientras nosotros teníamos las puertas de nuestras fronteras abiertas de par en par.
Poco después, ante la situación dramática que se vivía en España, con los hospitales colapsados, el Gobierno aprobaba un confinamiento –declarado más tarde ilegal gracias a un recurso de VOX- que se extendió ilegal desde el 14 de marzo al 21 de junio de 2020.
Hoy 30 de diciembre, la ministra de sanidad ha comparecido de urgencia para anunciar que se exigirá el pasaporte de vacunación covid o una prueba negativa de coronavirus a los pasajeros que lleguen de China para intentar controlar un posible efecto cascada de auge de contagios que vive el país asiático.
Pero este anuncio de la ministra llega apenas 24 horas después de que el Ministerio descartara sumarse a esta medida que ya habían anunciado otros países como Italia, EEUU, Japón o Taiwán, entre otros.
Y cabe recordar aquí también las palabras del cofundador de BioNTech (la empresa tecnológica que está detrás de la vacuna de Pfizer), Ugur Sahin, que en marzo de 2021 llegó a decir que: “las personas vacunadas ya no contagian”. Y ya vimos en las Navidades del año pasado cómo la variante ómicron hacía estragos y, tanto los no vacunados como los vacunados, se contagiaban del dichoso virus.
Por tanto, ¿no sería más lógico exigir una prueba negativa de virus en el mismo aeropuerto, mejor que la vacunación completa?. Porque el vacunado aunque con síntomas leves, puede contagiar, y la vacuna afecta de manera diferente a cada persona, de tal forma que la inmunización depende del sistema inmune de cada individuo.
¿Quién no conoce a algún vacunado con la pauta completa que se han infectado del virus varias veces?
En definitiva, todo resulta raro, extraño y, si me lo permiten, oscuro. La información que llega de China es alarmante. Otra vez desde China -esos mismos que si cierran el grifo de sus fábricas ponen en jaque a la economía mundial- no sabemos realmente qué está pasando con el virus, si ha habido mutación, si se ha originado en un mercado o en un laboratorio.
Desde VOX ya dijimos que China tenía que pagar, así como que el Gobierno de España tenía que haber dimitido en bloque por la gestión del Covid-19.
Ahora, con mayor rotundidad subrayamos la necesidad de que esta nueva avalancha de infectados no sirva para que la OMS y su tratado internacional para regular pandemias en el mundo, sea utilizada como instrumento en detrimento de la soberanía de las naciones, ni tampoco para que el Gobierno de España lo utilice en beneficio de sus intereses espurios.
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(*) Diputado Nacional de Vox por Segovia.
