El portavoz del PSOE en la Diputación, Jesús Yubero, aseguró ayer que el acuerdo firmado por su partido con Ciudadanos, que contempla la supresión de las diputaciones, pretende que los servicios que presta la administración provincial “estén al servicio de los municipios, no de los partidos políticos”. “No queremos la desaparición de los servicios de las diputaciones; nuestra propuesta no afecta para nada al personal”, insistió Yubero.
En su opinión, la Diputación de Segovia “está siendo utilizada mediáticamente” por su presidente, Francisco Vázquez, “como herramienta de propaganda política”, en vez de centrarse en las obras y los servicios para los pueblos. Yubero estimó que, con la reforma que ahora apoya el PSOE, las diputaciones deberían de olvidarse de las “actividades impropias” que ahora desarrollan, entre las que citó proyectos como Segovia 21, La Faisanera o la posible adquisición del Palacio de la Floresta.
En respuesta a las críticas del PP al posicionamiento de los socialistas, Yubero aseguró que su partido “siempre ha defendido el municipalismo”, a diferencia de los populares, impulsores de la denominada ‘Ley Montoro’ que, a su juicio, “suponía un ataque a la autonomía de los ayuntamientos”. “Nosotros —agregó— nunca hemos hablado de supresión de ayuntamientos”. Para acabar su discurso, el portavoz del PSOE en la Diputación resumió su tesis, la de que “es necesario hacer reformas para estar al servicio de los municipios”. Y esas reformas serían para alcanzar “más eficacia, más eficiencia y más transparencia” en la administración provincial.
A preguntas de los periodistas, Yubero no detalló como serán los Consejos de Alcaldes (en sustitución de las diputaciones) que ahora propugna el PSOE, justificando que su composición deberá decidirse en el Congreso, tras consultar a todos los partidos.
El alcalde de Navalmanzano, Pablo Torrego, que también asistió al desayuno informativo sobre la reforma de las diputaciones, reclamó “criterios objetivos y bien definidos” en las líneas de ayudas convocadas, ya que, en la actualidad, los alcaldes deben esperar “a la providencia divina” para conseguir una de esas ayudas. Torrego defendió que las diputaciones “deben adaptarse a las necesidades de los municipios” y “prestar servicios que posibiliten su crecimiento”, independientemente del color político de su ayuntamiento.
Javier Lucía, regidor de Valverde del Majano, censuró la “aventura empresarial” de la Diputación de Segovia para adquirir el Palacio de La Floresta, advirtiendo que con la cantidad prevista de la operación —2,4 millones de euros— se podrían llevar a cabo un buen número de obras en la provincia. “Hubiera sido buena idea preguntar a los alcaldes de pueblos pequeños, que tienen que hacer encaje de bolillos para pavimentar una calle”, sostuvo Lucía, que calificó de “insuficientes” las inversiones de la Diputación en los pueblos.
Desde Bernuy de Porreros, su alcaldesa, Yolanda Benito, pidió a la Diputación la puesta en marcha de un Plan Estratégico que impulse una reindustrialización de la provincia. A ese respecto, insistió en que la institución provincial debería realizar una labor de búsqueda de empresas para que se asentaran en el territorio y posibilitaran su desarrollo. “El PP —criticó— dice que ayuda a los pueblos, pero es solo publicidad; no se ve ese trabajo”.
Para cerrar los discursos, la alcaldesa de Espirdo, Ana Carolina Rincón, sacó a relucir el tema del éxodo juvenil, ante el que la Diputación, dijo, no está actuando correctamente. “Los ayuntamientos tratamos de frenar esta situación, pero no tenemos recursos; y es ahí donde debería entrar la Diputación”, declaró. “No puede quedarse sentada en la mecedora, esperando que el temporal pase”, concluyó.
