Con tres Oscar bajo el brazo (El expreso de medianoche, Platoon y Nacido el 4 de julio) y, otras ocho nominaciones, el director y guionista Oliver Stone (Nueva York, 1946) lo ha contado casi todo. Sin embargo, con Salvajes (2012), su último largometraje, ya en DVD y Blu Ray, afirma que se sintió renovado: uno, por tratarse de una trama que tenía ganas de abordar, y dos, porque fue atraído por sus intérpretes. Y es que los giros que hay son muy de agradecer, tanto que, en cierto modo, recuerda a grandes éxtios recientes como Giro al infierno, donde Sean Penn se enamora de JLo.
California, drogas y traficantes. La película Salvajes -ya en DVD y Blu Ray- también cuenta cómo chica conoce a chico (dos, en esta ocasión) y se enamoran todos. El director y guionista Oliver Stone explica que se decidió por el libro de Don Winslow porque tenía mucha ganas de rodar una cinta que mezclase política y tráfico de estupefacientes, además de seleccionar a un elenco destacado de actores reconocidos con otros más nóveles.
¿Por qué se enamoró de un libro como Salvajes?
La novela Salvajes me apasionó ya antes de su publicación, porque trata de dos temas que hace tiempo que me interesan: la política y el narcotráfico.
¿De qué va la película?
Se trata de una jugada por parte del cártel mexicano para entrar en Estados Unidos y hacerse con los distribuidores y productores independientes de marihuana. Al final, el bando de la Baja no quiere independientes que le hagan sombra.
¿A qué se debe el final?
Es como un espagueti wester.
¿Hay mucha diferencia con el desarrollo de la obra literaria?
Hay que tomarse libertades al adaptar un libro. Fuimos fieles a la novela, pero también nos tomamos ciertas licencias para realzar algunos episodios y conseguir imágenes más espectaculares.
¿Se documentó para hacer la película?
Cuando rodé El precio del poder quise saberlo todo acerca de la cocaína. Y ahora he intentado hacer lo mismo.
¿Por qué eligió a la joven Blake Lively para uno de los papeles principales?
Blake Lively es la preciosa y cariñosa O, un espíritu libre. La escogí porque es una intérprete impresionante. Solo tiene 23 años, pero puso todo su empeño.
Además, también es la voz en off en la cinta.
La idea de que O narrara la película surgió a partir del libro, donde ella misma cuenta la historia al lector, con su peculiar personalidad. Pero un filme con voz en off tiende a socavar la tensión. Nos esforzamos en minimizar la información y usarlo para conectar los puntos suspensivos.
¿Qué aporta Aaron Taylor (ha salido en Anna Karenina)?
Él es Ben, uno de los dos amantes de O, que se ve envuelto en el conflicto con el cártel. Me pareció una cara nueva, fresca.
¿Y Travolta?
Siempre he querido trabajar con John. Tiene la capacidad de proyectar una amabilidad ambivalente, lo que encajaba a la perfección para el papel del agente de la DEA que juega en dos bandos.
¿Por qué realiza escenas generales antes del rodaje?
Siempre lo hago. Y en esta película había algunas de suma complejidad, con cinco o seis personajes principales y con diálogos importantes. Es necesario ensayar para saber cómo moverse en la escena y de qué trata. Aunque lo expliques antes, todo queda mucho más claro en el ensayo.
El rodaje se realizó bajo un sol de justicia en el conocido como Vasquez Rocks, cerca de Los Ángeles.
Solíamos empezar bajo un calor intenso a media tarde y no acabábamos hasta bien entrada la noche.
¿Cómo fue la última escena?
Sabía que la secuencia era muy complicada e importante. La dejé en seis personas, un desierto, un enfrentamiento y francotiradores. Era tan simple como un western. Pero había que prepararlo todo, es decir, cuándo se dispara, cuándo se rompe algo, cuántos deciden sacar las armas.
