Esta exposición fotográfica ha sido posible gracias a la colaboración de los vecinos de Fresno de Cantespino, que generosamente han abierto sus álbumes de recuerdos familiares para compartirlos con todos nosotros.
En estas imágenes podemos apreciar cómo ha sido el devenir de nuestro pueblo durante casi un siglo, cómo hemos cambiado a lo largo del tiempo y cómo hemos conservado nuestro patrimonio cultural.
Se han conservado algunos retratos de principios del siglo XX en los que los fresnenses posan con sus mejores galas ante una cámara de fuelle: un aparato fotográfico poco habitual en aquellos días y que debió provocar no poco revuelo en el pueblo.
En la década de los 30 del siglo pasado aparecen las fotos de los niños de la escuela, con los maestros Doña Rosa y Don Ramón, a los que sin duda muchos de vosotros recordáis, y las fotografías de la primera campaña arqueológica de la necrópolis visigoda de Castiltierra, a cargo de Joaquín María de Navascués y Emilio Camps, imágenes cedidas por el Museo Arqueológico Nacional. No hemos conseguido hallar ninguna fotografía del período de la Guerra Civil; tenemos que remontarnos a los años 40 para encontrar nuevas imágenes. En esta época predominan las fotos de grupo tomadas por fotógrafos profesionales durante acontecimientos señeros: fiestas, procesiones y fotografías de grupo son las grandes protagonistas de este periodo.
En los años 60 llegaron las cámaras de carrete, aquellas que se solían regalar para la Primera Comunión y que permitían a cualquier aficionado plasmar y conservar sus propios recuerdos.
De este periodo hemos tenido que hacer una selección de entre muchísimas muestras. El criterio elegido ha sido el de recoger los temas de mayor interés para los vecinos. Así, hay varios retratos de familia, escenas de fiesta, actividades deportivas e imágenes de las labores cotidianas que nos permiten apreciar cómo han cambiado nuestras vidas en las últimas décadas: desde las labores agrícolas hasta las actividades domésticas más comunes, tales como lavar la ropa o acarrear agua de la fuente. Asimismo, no podemos soslayar, en nuestro recorrido del pasado, el aspecto que mostraban las viviendas, las calles y hasta cómo era el tendido eléctrico, con sus aisladores de vidrio sujetos en jícaras de hierro fundido.
Esta exposición pretende ser un homenaje a los vecinos de este pueblo. Y además la muestra pretende reflejar una evocación de nuestro pasado común: de dónde venimos y quiénes nos hicieron llegar hasta aquí y ahora.
