Abrir un periódico deportivo, ver la cara de nuestro ministro de Cultura y Deportes, y la de presidente del Consejo Superior de Deportes, y denotar que hablarían de dinero para el deporte, fue todo uno. Seguro que después de largas reuniones con múltiples asesores, fijaron los presupuestos y dieron luz verde al reparto de los 375 millones de euros para el año 2023, un 19’5% más que en el 2022.
Atienden, dicen, a las nuevas necesidades del deporte, y responden a la sensibilidad del Gobierno, por la ‘igualdad’ pretendiendo revolucionar el modelo de preparación para el ciclo de París 2024. Al presupuesto ordinario del CSD, de 235 millones de euros, hay que añadir 9 más para la lucha antidopaje, y otros 140 de Fondos Europeos para la recuperación.
Estos incluyen 16 millones para el Plan Social, 55 para Digitalización y 69 para Transición Ecológica. Habrá ayudas a los Centros del Alto Rendimiento, de Madrid, Guadalajara, San Cugat y León, que son fundamentales para la preparación de los deportistas, y “promover la imagen de España como líder en transición ecológica y digital”. Además, se destinarán 57,8 millones para federaciones y 14 más para los programas de la preparación olímpica y paralímpica de París 2024, y para el programa de los Juegos. Es un nuevo modelo de preparación con el objetivo de mejorar resultados.
El CSD pone 26 millones para impulsar el deporte femenino y programas mujer y deporte, para incrementar la participación femenina. Falta por conocer los dineros que hay para instalaciones deportivas y quiénes serán los afortunados que recibirán ese dinero.
