Y en el momento de la verdad, al FS Valverde le mataron los nervios. Frente a un Extremadura Cáceres 2016 que jugó a placer en el primer tiempo y sufrió en el segundo, el conjunto segoviano se vio maniatado en sus acciones tanto por la presión de jugarse la permanencia como por una ciertas dosis de egoísmo propio de jugadores jóvenes que no han aprendido aún que el equipo está siempre por encima de las individualidades.
La primera elección estaba en la portería, y Diego Gacimartín dio entrada a Alberto bajo los palos en lugar de Diego Palomo. Sin echar en ningún caso la culpa de la derrota al buen portero del FS Valverde, sí es cierto que en la primera acción ofensiva del partido pudo hacer algo más en el gol que logró Pablo tras marcharse de Chamo por la banda y lanzar con la izquierda. El 0-1 no hizo sino acrecentar los nervios de los locales, que en los siguientes 17 minutos sólo dispusieron de una ocasión clara de gol, un remate alto de Carlos Calvo tras una buena acción ofensiva.
La receta para ganar al Extremadura parecía clara. Había que correr para agotar a los jugadores veteranos del equipo contrario, sobre todo Almeida y Pablo, sin duda la base sobre la que se sustentaba el conjunto cacereño. Pero en la primera parte el Valverde ni corrió ni fue agresivo en sus acciones, a pesar de las ocho faltas que le señalaron unos protestadísimos árbitros. El Extremadura Cáceres jugó a placer en una primera parte en la que marcó tres goles, lanzó en otras tres ocasiones a los palos, y vio cómo Alberto se resarcía de su error en el primer gol, y sacaba varias manos dignas de mérito.
Evidentemente algo había que cambiar en el descanso si el equipo de casa quería volver a meterse en el partido, y ese “algo” se convirtió en “alguien”. Carlitos se echó el equipo a la espalda en los segundos veinte minutos, y en el primer minuto de la reanudación marcó el 1-3. Segundos más tarde participó en la jugada del 2-3 que marcó Limones, aunque poco antes el visitante Adri había vuelto a encontrarse con el palo, y gracias a su verticalidad el equipo de casa volvió a encontrarse con opciones de victoria.
Sin embargo, no era el día del FS Valverde, porque poco más tarde Chamorro se precipitaba en una acción ofensiva, hacía volar por los aires a su oponente, y veía la segunda tarjeta amarilla. En la inferioridad encajó el equipo valverdano el 2-4, y de esta manera los locales se meterían en una espiral perniciosa en la que cada vez que lograban reducir las distancias a un solo gol un error individual propiciaba que el contrario volviera a marcar.
Así Limones falló un penalti, pero segundos más tarde Callejo hizo el 3-4. Sin embargo, un error en una acción ofensiva en la que Charly Maza le quitó el balón a Carlitos cuando se disponía a rematar y perdió el esférico, propició una contra del Extremadura, que marcó el quinto. Sin tiempo casi ni para respirar un Chavi enfadado con su entrenador y con el mundo entero no le pasó la pelota a nadie y él solito se guisó y se comió el 4-5 con un gran remate al palo largo.
Restaban seis minutos para el final y todo podía suceder. Desgraciadamente lo que sucedió fue que en un lanzamiento hacia la nada del portero César Quijada, el héroe de su equipo, Alberto no midió bien y Pablo marcó el sexto del equipo cacereño. El portero-jugador sirvió para reducir las diferencias, pero ya no quedaba tiempo para más. Quizá si el FS Valverde hubiera mostrado durante todo el partido la ambición que mostró en la primera parte, el resultado hubiera sido distinto, pero eso entra en el terreno de la hipótesis. La realidad fue bien distinta.
