Desde comienzos de mes, las Salas del Palacio del Torreón de Lozoya mantienen abierto su tradicional Belén Monumental, una instalación que, nuevamente, se ha llevado a cabo con la dirección y montaje de la Asociación Cultural Amigos del Belén del Cristo del Mercado.
Como viene siendo habitual en la trayectoria de esta asociación, el belén que han construido es de tipo local o regional, es decir, un montaje cuya ambientación no busca trasladarnos a la Palestina del siglo I, sino insertar los hechos bíblicos de la Navidad en un paisaje cercano y familiar para todos los segovianos.
En esta ocasión, la asociación ha querido sumarse a los actos que a lo largo de todo el 2022 han recordado el final de la Guerra de las Comunidades, hace ahora 500 años. Para ello, han transformado la ciudad de Belén acomodándola a la supuesta imagen de Segovia en un momento especialmente significativo de aquel conflicto bélico: el asedio al Alcázar durante ocho largos meses, entre los años 1520 y 1521. El episodio -narrado por Diego de Colmenares- en el que los rebeldes se apoderaron de la antigua catedral románica con el objetivo de asaltar desde ella la vecina fortaleza -donde resistía el bando realista-, acabaría determinando tiempo la reconstrucción de la Catedral de Santa María en su actual emplazamiento, cambiando en buena medida la fisonomía de la ciudad. Es por ello que en este monumental nacimiento podremos ver el Alcázar segoviano antes de su radical transformación con tejados y chapiteles de pizarra y, en su vecindad, la antigua catedral, en la que se aprecian los estragos de aquel enfrentamiento, con parte de su torre y claustro en ruinas. En el espacio entre ambos edificios discurren acontecimientos bíblicos como la Matanza de los Inocentes. Fuera ya de esta particular recreación de de Belén, otros edificios y espacios al pie de la atalaya segoviana acogen episodios como la Anunciación, el Nacimiento, el Anuncio a los Pastores o la llegada de los Reyes Magos, incorporando monumentos de una cronología posterior al conflicto comunero, pero también presididos por una intencionalidad de recreación histórica; tal es el caso del Santuario de la Virgen de la Fuencisla, convertido en el “portal”, cuyas cercanías están inspiradas en una estampa decimonónica de Francisco de Paula Van Hallen, en la que puede verse el primitivo curso del Eresma, cuya corriente circulaba muy próxima a la puerta de entrada al templo.
Además las salas acogen una curiosa exposición: “Belenes del Mundo. Colección Cámara de Comercio de Segovia”, en la que se muestran algo más de una treintena de misterios y nacimientos, realizados por artesanos actuales de países como Mali, Filipinas, Perú, Polonia, Portugal y México.
Esta iniciativa se produce tras la decisión de la Cámara de ceder su colección de más de 350 belenes a la Fundación Torreón de Lozoya, para ser expuesta periódicamente en un marco con tanta veteranía en el universo del belenismo como son las salas de su edificio y sede.
