ν ν ν El patio del colegio La Villa, de Cuéllar, vivió ayer un momento histórico para sus alumnos, su profesorado y para toda la vecindad. La estatua que durante décadas ocupó su patio en forma de fuente ha vuelto a ese mismo patio tras un periplo y andanzas que la ubicaron hasta en un vertedero, por lo que volver a esas instalaciones se convirtió en todo un símbolo, ayer, para todos los cuellaranos.
El colegio preparó un sencillo acto al que acudieron el alcalde y los concejales Tomás Marcos y Maite Sánchez, quienes han llevado a cabo este ambicioso proyecto de recuperación. Con todo el alumnado y profesorado en el patio, Tomás quiso recordar a Luciano Santos, que también ha tenido un especial “entusiasmo” por lograr lo que se ha conseguido: limpió la escultura, hizo un modelo de pedestal y aportó todo lo posible por devolver este símbolo a La Villa. Tomás Marcos explicó la historia de esta estatua de dos niños que en su día fue fuente y expulsaba agua por la parte alta del dedo que se erige sobre toda la figura. Hasta el año 67, “nos hacíamos mayores tratando de tocar a estos niños”. Comentó el edil que cuando conoció que la escultura estaba en el centro pero apartada, su ilusión fue devolverla a un lugar visible y que representara la escuela de LA Villa, que en cinco años cumple 100 años. “Es el centro de referencia de todos los coelgios e institutos, y he sentido muchísima satisfacción en este proyecto, con tanta buena acogida y que habéis hecho de esta figura vuestro logotipo”, comentaba el edil Marcos.
Tras estas palabras fueron los alumnos los que se hicieron los protagonistas y encargados de compartir con todos sus compañeros los ejercicios realizados sobre la estatua. Cuentos como el que leyeron los alumnos de quinto, en forma de entrevista a los niños de las estatuas, sirvieron para repasar todas las “aventuras” que ha vivido la estatua. Desde abandonarla a un vertedero y recuperarla, hasta pasar a ser una “fuente de limonada” en la Panda El Soto hace décadas, la historia de la estatua se hace tan particular como las de los cuellaranos que la han visto en ese patio toda su vida.
Tanto el equipo directivo como las familias de los alumnos se han implicado en compartir con los más pequeños la simbología de esta estatua. Se ha colocado, además, una placa en la que se puede leer una emotiva leyenda que reza así: “A los niños que serán abuelos y a los abuelos que fueron niños, para que nunca desaparezca su ilusión. A los maestros que nos enseñan a buscar la fuente de la sabiduría. ¡No crezcas, es una trampa! Peter Pan. Escuela de La Villa, 1928”.
