“En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor”. El comienzo de “El Quijote” es uno de los fragmentos más conocidos de la Literatura universal, un mundo de las letras que ayer, como cada 23 de abril, salió a la calle para acercarse a los ciudadanos en el Día del Libro.
Aunque la jornada fue fría, con amenaza de lluvia casi permanente y desapacible a causa del viento, numerosos segovianos vencieron al mal tiempo y a la tentación de las también tradicionales compras en Madrid para participar en los actos organizados por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento, la Asociación de Libreros y otros colectivos.
El programa oficial del Ayuntamiento se abrió a las doce de la mañana con la instalación, por parte del alcalde de la ciudad, Pedro Arahuetes, de una corona de laurel en la placa de la céntrica Calle Cervantes, un homenaje al autor de “El Quijote” en el día en que se cumplían 396 años de su muerte. Seguidamente, Arahuetes colocó otra corona de laurel en la estatua de Antonio Machado, en la Plaza Mayor.
Acompañado por la concejala de Cultura, Clara Luquero, el alcalde subrayó en unas palabras que en Cervantes y Machado se realiza “un reconocimiento a todas aquellas personas que han elegido la escritura como su oficio, en cualquier rama del conocimiento”, para citar a Borges al señalar que “de todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro (…) El libro es una extensión de la memoria y la imaginación”.
El propio alcalde fue el encargado de iniciar, también en la Plaza, la cadena de intercambio de libros que abrió depositando un ejemplar de “El Quijote” y algunos volúmenes de Machado. Mientras tanto, los más pequeños tuvieron ocasión de participar en distintas actividades de animación a la lectura, con música, títeres, cuentacuentos o dibujando, además de intercambiar también sus libros.
El programa se completó, ya por la tarde, con un concierto-recital en la antigua cárcel. María del Barrio, Ángel Montero y David Ortega pusieron música y voz a la obra de García Lorca y Falla.
Durante toda la jornada, y también con la Plaza Mayor como escenario, la Asociación de Libreros instaló sus habituales puestos, ofreciendo un diez por ciento sobre los precios normales. Entre los títulos más solicitados ayer, la biografía del torero Joselito; las nuevas novelas de Almudena Grandes, “El lector de Julio Verne”; y Eduardo Mendoza, “El enredo de la bolsa y la vida”; y “El abuelo que saltó por la venta y se largó”, del sueco Jonas Jonasson, además de las colecciones de “Los juegos del hambre” y “Juego de tronos”. Para los más pequeños, los incombustibles Bob Esponja y Caillou y los diarios de Greg.
