Hoy celebramos el Día de la Iglesia Diocesana. Es una ocasión para recordar que la actividad celebrativa, pastoral, evangelizadora, educativa y cultural de la Iglesia es posible gracias a las 41 millones de horas al año que se entregan de manera generosa por tantas personas que se implican personalmente. En muchas ocasiones es una labor callada, pero eficiente. Un compromiso que resulta tan decisivo, especialmente en momentos de tanta necesidad como el actual, que la campaña de este año se ha querido centrar en el agradecimiento: “Gracias por tanto”. De este modo estas personas llevan adelante la vida de la Iglesia y su misión que no es otra sino preparar por la evangelización la llegada del Reino de Dios.
Hay que reconocer que esta no es la tónica general de los que acuden a la Iglesia de manera habitual o esporádicamente. En ocasiones se vive la pertenencia de una forma más intimista e individual y son muchos los que consideran a la Iglesia como una agencia de servicios religiosos a la que acuden para la boda, el bautizo, las primeras comuniones o el funeral.
Bastantes católicos en nuestro país no se sienten urgidos en sus conciencias por la obligación de contribuir, como miembros de la comunidad cristiana, en la actividad y el sostenimiento de las necesidades pastorales y económicas de la Iglesia. A veces por desconocimiento.
La Iglesia de España es una de las instituciones de nuestro País que más y mejor está realizando una política de transparencia desde hace años. Con motivo del Día de la Iglesia diocesana se edita la revista “Nuestra Iglesia” a la que todo el mundo puede acceder pinchando en internet “día de la Iglesia diocesana 2022”. Una edición con información de cada diócesis en la que ofrecen sus datos económicos para que el Pueblo de Dios esté informado de las cuentas de la Iglesia. También se encuentran los datos de la actividad de la Iglesia en sus distintas facetas: celebrativa, pastoral, evangelizadora, educativa, cultural y caritativa-social. Y lo más importante, el testimonio de las personas que hacen posible que esto salga adelante.
Ahí se puede encontrar la actividad de la Iglesia en Segovia. Los muchos servicios que la Iglesia diocesana presta a todos se mantienen más que por la cuantía de sus presupuestos, siempre bajos, -no hay que compararlos con los de otras instituciones- por la generosidad y desinterés de las personas que los realizan. A ellos hay que agradecérselo y a los demás pedirles su colaboración económica que, de forma continuada o esporádica, prestan tantas personas de Iglesia.
Y como juntos llegamos más lejos, este Día de la Iglesia diocesana no pierde la oportunidad de promover la corresponsabilidad de los que nos sentimos miembros de la misma. No se trata de obligar ni de imponer, sino de promover un modo de seguir a Jesucristo. Cuatro alternativas de colaboración en las que pueden participar también personas que, sin sentirse miembros activos de la Iglesia, valoran el servicio que presta a la sociedad:
Tu oración: Puedes rezar por tu parroquia porque tu oración es necesaria y será el alma de toda la actividad que se realice. Con ella, los frutos serán mayores y más permanentes.
Tu tiempo: Dedica algo de tu tiempo en tu parroquia a los demás. El tiempo que puedas: media hora, una, tres horas… Lo que se ajuste a tu situación de vida.
Tus cualidades: Cada uno puede aportar un poco de lo que sabe: una sonrisa cercana, una mano que apoya un hombro desconsolado, remangarse cuando sea necesario, acompañar en silencio al que sufre.
Tu apoyo económico: Haz un donativo. Con tu aportación periódica ayudas más, porque permiten elaborar presupuestos y mejorar la utilización de los recursos y planificar acciones a medio y largo plazo.
A pesar de las informaciones que de vez en cuando surgen contra la Iglesia, quiero recordar que la Iglesia en España hoy no es un problema, más bien es una parte de la solución de los problemas de tantas personas que acuden a ella y a quienes no se piden ningún tipo de “carnet de pertenencia” para ser acogidas, acompañadas y atendidas.
