De Musa a Delibasic

El Real Madrid Baloncesto vuelve a tener a un jugador bosnio (Dzanan Musa), tras el inolvidable Mirza Delibasic en los primeros años 80. Musa es más alto, más rápido, más fuerte, pero que mucho más, que su antecesor en el equipo blanco. Pero qué quieren que les diga, me gusta más ver (aún hoy) a Delibasic en vídeos enlatados, que a Musa.
Otra diferencia importante entre uno y otro es que el actual acaba de llegar y ya está diciendo que su objetivo es jugar en la NBA. Mirza dejó el Real Madrid con contrato en vigor, por decisión propia y sin reclamar dinero alguno, porque entendía que el equipo necesitaba ocupar la plaza de extranjero con un pívot, y no con un alero como él. Definitivamente, no hay color: prefiero a Delibasic.
El baloncesto ha evolucionado sideralmente en este tiempo. En la actualidad, los jugadores basan su talento en el aspecto atlético (¡cómo me gusta esta palabra!). Entonces, el talento tenía más que ver con el conocimiento del juego. Por eso me gusta tanto ver jugar a Rudy Fernández, un tipo delgaducho y con una visión de juego que le aportan una pinta de jugador de los años 80 transportado al siglo XXI.
Salvando las distancias, pude comprobar esta evolución también a niveles inferiores en el partido que el equipo de Primera Nacional del CD Base jugó con el Transler Soria. Me maravilló la capacidad física de Dani Barroso. Colocó un tapón por encima del aro que ni en mis mejores sueños cuando fui su entrenador, hubiera podido imaginar que lo hiciera su padre David. Sin embargo, comparo el espacio que ocupan en el campo, el tiro de uno y otro, la consciencia del juego… y tampoco lo dudo: me quedo con David. A ver si veo jugar a Javi, el hermano de Dani, y me hace cambiar de opinión. Lo tiene difícil.