“Te cambia el modo de ver las cosas”. Con esta frase resumía ayer Susana Barredo, técnica de la Junta de Castilla y León, su experiencia en Cochabamba (Bolivia), en un proyecto de cooperación al desarrollo consistente en mejorar el abastecimiento de agua a varias comunidades indígenas. “La verdad es que me ha impresionado mucho todo”, añadía Barredo. Barreda, con su pequeño granito de arena, ha contribuido a reducir la mortandad infantil en esas comunidades, derivada precisamente del consumo de agua procedente de manantiales contaminados.
El caso de Barreda no es único. Este año, un total de 15 trabajadores de la Junta de Castilla y León han viajado, como cooperantes, a otros tantos proyectos, contando con el patrocinio de la Administración Regional, que ha destinado a este fin 45.000 euros.
Ayer, el delegado territorial de la Junta, Javier López-Escobar, inauguró en el Palacio de Quintanar una exposición de fotografía , titulada ‘Cooperación internacional al desarrollo y cambio climático’, promovida por los funcionarios que participan en el programa de cooperación al desarrollo de la Junta, y organizada en colaboración con la Fundación Municipalistas por la Solidaridad y el Fortalecimiento Institucional (MUSOL). Acompañado por la jefa del Servicio Territorial de Cultura, Ruth Llorente, y dos funcionarias —Barredo y la farmacéutica abulense Elena González-Santacana—, López-Escobar recorrió la muestra, que consta de 30 instantáneas y permanecerá abierta en el centro cultural de la Junta hasta el 10 de enero.
A través de las imágenes seleccionadas se presenta las consecuencias del cambio climático, la mayor amenaza medioambiental a la que se enfrenta la humanidad.
Las fotografías que pueden contemplarse en el Palacio de Quintanar están organizadas en seis grupos, que relacionan el problema climático con las mujeres, la salud, la pobreza extrema y el hambre, las infraestructuras, el medio ambiente y el agua. En las imágenes se observan ejemplos de cómo el aumento de gases de efecto invernadero está amenazando la producción agrícola, altera profundamente los ecosistemas y la cantidad y calidad de los recursos naturales y, además, afecta al acceso al agua potable de millones de personas.