Hace ya algún tiempo ha surgido un nuevo ‘deporte’ que consiste en que dos personas se ponen una frente a la otra y, bofetón va bofetón viene en las mejillas, compiten por ver quién de los dos contendientes cae noqueado, o directamente se rinde. La Gimnástica Segoviana se ha ‘empeñado’ en las últimas jornadas de la competición en ser un equipo que apuesta por ese intercambio de tortas. Frente al Montijo salió bien, ante el Cerdanyola el equipo acabó en la lona, y en el duelo frente al Alcorcón B de nuevo el conjunto gimnástico fue el que se quedó en pie, aunque hubo algún que otro bofetón que amenazó con hacer cambiar las tornas.
Porque el equipo de casa y el filial madrileño se empeñaron en devolver el precio de la entrada quedara rentabilizado ya en la primera parte. En la Segoviana desde el jueves hasta el día de partido causaron baja Dani Arribas y Fer Llorente por problemas de salud, y Carmona por molestias en el peroné. Así que Ramsés tuvo que confiar la portería al jovencísimo Oliva frente a un rival del que se conocía su capacidad para el juego ofensivo, pero no tanto de sus despistes en defensa, porque siete goles recibidos en siete partidos no parecían dar muchas pistas.
DE LA MATA, BIGOLEADOR
Con el viento en contra en la primera mitad, la Segoviana disputó unos primeros veinte minutos más que buenos, con Adrián y Borao entrando como cuchillo en mantequilla por la banda derecha, Acuña como asistente, y Juan de la Mata como goleador, marcando dos tantos con sendos remates cruzados desde dentro del área ante la pasividad de la defensa visitante.
Pero el Alcorcón no le iba a la zaga, y aprovechándose como pocos de las dimensiones del campo de La Albuera, generó muchísimo peligro ante el marco de Oliva, que se lució a un primer lanzamiento desde la frontal de Chus, respiró cuando el línea levantó la bandera en un remate cercano de Mario Rivas que llevó el balón a las mallas, y terminó recibiendo el 2-1 después de que Pirri culminara una asistencia de Rivas cuando el partido apenas había cumplido su primera media hora.
Después de una primera parte de locos, el viento jugó a favor de la Segoviana tras el descanso, que fue menos movido
Pero, más allá de los goles, los aficionados pudieron ver otro buen ramillete de ocasiones, como otro remate de De la Mata, y uno siguiente de De Frutos que salvó el portero, una jugada personal de Borrego que no fue gol porque un defensa metió una oportuna pierna en el último momento, un lanzamiento de falta que el visitante Joao remató fuera… porque el partido no tenía pausa, y Segoviana y Alcorcón se daban de bofetadas, como la que Hugo Díaz propinó en el minuto 34 rematando de cabeza un gran envío de Borao para hacer el 3-1, al que respondió de nuevo el rival con el segundo gol de Pirri, que de lanzamiento cruzado (y demasiado cercano) superó a Oliva para marcar el 3-2.
El descanso, más que pedirse, se suplicaba por parte de los protagonistas, que no por los aficionados que se lo pasaban en grande, porque los corsés tácticos se habían quedado en el vestuario. Lo mismo la Segoviana despejaba un saque de esquina terminando la acción con Borao de extremo izquierdo y Adrián de delantero centro, como el central del Alcorcón Yuste se erigía en el Sergio Ramos de los buenos tiempos avanzando con el balón controlado hasta casi la frontal del área. El técnico visitante quiso poner un poco de cordura quitando antes del descanso a su castigado lateral izquierdo, pero ni por esas paró la producción ofensiva de la Segoviana, ni los azulgranas consiguieron frenar a un centro del campo alcorconero tan dinámico como técnico, con jugadores capaces de tirar cien mil desmarques de ruptura en la misma jugada.
EL VIENTO, DE ENEMIGO A ALIADO
Si la segunda parte se proponía como la primera, el encuentro podía terminar con un marcador más que significativo, y de paso con los corazones de los aficionados un poco más dañados de lo normal con esta Gimnástica Segoviana. Y algo de eso se amenazaba en los primeros minutos, cuando un cabezazo de Acuña se marchaba fuera por poco, y poco después Cervera remataba sobre la meta de Oliva y el balón cogía la trayectoria que más deseaban los seguidores gimnásticos, la que le sacaba de la portería.
El viento, enemigo de la Segoviana en la primera parte, sopló a su favor en la segunda, frenando los lanzamientos en largo a los desmarques de los delanteros amarillos y favoreciendo que tanto De Frutos como López pudieran vivir algo más tranquilos. Con De la Mata abierto a la banda la salida del balón fue más fluida, y la entrada al campo de Diego Gómez por Acuña terminó de abrir los espacios en el sistema defensivo del Alcorcón B, absolutamente roto a partir de la hora de encuentro.
Gómez erró en el primer mano a mano ante Álex Ruiz, pero no se equivocó en el segundo después de que Hugo Díaz le pusiera de nuevo solo ante el portero visitante. El 4-2 fue el bofetón definitivo que mandó al Alcorcón B a la lona, y la última media hora de partido sirvió para que Ramsés diera entrada a Ivo, Sergio Arévalo, Pablo Arranz y Hugo Marcos, con lo que la Segoviana terminó el partido con ocho jugadores de la casa. Pedir más ya sería abusar.
