Esta semana hemos tenido la oportunidad de debatir en el Congreso, en las comisiones, los Presupuestos Generales para 2023.
Después de tres jornadas maratonianas podemos decir con rotundidad que son unos presupuestos irreales y no creíbles, sustentados en un aumento del gasto considerable.
Si el primer día el Banco de España rebajaba las expectativas de crecimiento de la economía española situando la recuperación más allá del 2024, el segundo, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF) arrojaba un jarro de agua fría al Gobierno manifestando que los presupuestos tenían notables deficiencias por falta de calidad informativa, esto es, del debilitamiento de la rendición de cuentas ante las Cortes Generales.
Pero es que a estos dos organismos reguladores se ha unido también Funcas, un “think tank” dedicado a la investigación económica, social y a su divulgación, promoviendo la interacción entre la esfera académica y la economía real, manifestando que la economía española entrará en “recesión técnica” en el último trimestre de este año y el primero de 2023, tras registrar una caída del PIB del 0,4%.
Y hasta el FMI ha rebajado las previsiones del Gobierno sobre el déficit para 2023, anticipando que el déficit alcanzará el 4,4% en 2023 y no el 3,9% presupuestado por el Gobierno.
La realidad es que las pensiones, el paro y la deuda se comen la mitad del gasto de los Presupuestos de 2023.
Las pensiones sí o sí son necesarias en este país, porque aquellos que han trabajado toda la vida merecen ahora que su esfuerzo sea recompensado con creces y les permita descansar con un salario digno el resto de vida.
El paro, por su parte, es un mal endémico en este país que siempre está en torno al 15%, hoy por debajo. Por eso no se entiende que luego quieres encontrar a alguien para trabajar de camarero o cocinero, como ha ocurrido este verano en Segovia, y no lo encuentras.
Y por último, la deuda, es quizá el problema más grave y silencioso que tenemos ahora mismo encima de la mesa, porque España ha alcanzado un nuevo récord histórico en agosto: debemos 1.491 billones de euros tras crecer la misma, un 0,3% más.
Esto supone que la Deuda pública ha crecido un 5% más en el último año, hasta los 72.029 millones de euros, como consecuencia de los menores ingresos y los mayores gastos provocados por este Gobierno de la ruina y la miseria a la que están llevando a nuestra nación.
La deuda pública constituye uno de los tabúes del Gobierno Sánchez, ya que durante su mandato se ha disparado, por la sencilla razón de que el PSOE está comprando votos a base de endeudar a las futuras generaciones, llevándoles a una esclavitud por deudas.
Sólo hay que ver los Presupuestos Generales del Estado para 2023: “Es la campaña electoral más cara de la historia”, y bien que pretende aprovecharlo, sabiendo que al año que viene hay elecciones generales, aumentando un 18% el Presupuesto de Memoria Democrática para relanzar la figura de Sánchez en el segundo semestre de 2023 por la presidencia europea, así como nacionalizar 250.000 nietos de exiliados antes de las elecciones. Quizá por eso el CIS ha presentado esta semana unas encuestas que daban ganador a Sánchez, desprestigiando la institución, y avanzando en una más que previsible nacionalización que le permita junto con la izquierda más radical mantenerse en el poder.
Pero desde VOX lo denunciaremos y se lo impediremos, para dar voz y voto a los españoles que piden a gritos no solo un cambio de gobierno, sino también un cambio de rumbo.
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(*) Diputado Nacional de VOX por Segovia.
