El ministro del Interior de Alemania, Thomas de Maizière, anunció la redacción de una nueva ley que obligará a los refugiados a aprender alemán e integrarse en la sociedad si no quieren perder su permiso de residencia. Alrededor de un millón de refugiados llegaron a Alemania el año pasado y, en lo que va de 2016, ya serían unos 100.000, según las cifras reveladas por el propio De Maizière.
El ministro afirmó en una entrevista a la cadena ARD que los solicitantes de asilo deberán hacer un esfuerzo por integrarse a cambio de las diversas ayudas que les concede el Estado alemán, entre ellas clases de idioma, subsidios sociales o vivienda. “Para quienes no quieran aprender alemán, para quienes impidan que sus familiares se integren, por ejemplo mujeres y niños, para quienes rechacen ofertas de trabajo, para todos ellos, no puede haber un permiso de acogida ilimitado tras los tres primeros años”, explicó.
En este sentido, De Maizière, miembro de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), propuso vincular una “integración exitosa” con “el permiso por el que uno puede quedarse en Alemania”. La propuesta, que será presentada formalmente en mayo, ya ha recibido el visto bueno del Partido Social Demócrata (SPD), socio de la coalición gobernante. El vicecanciller Sigmar Gabriel confirmó a ‘Bild’ la sintonía con el partido de Angela Merkel: “No sólo debemos apoyar la integración, sino exigirla”, recalcaron.
Por otro lado, el Gobierno de Estados Unidos informó de que donará 20 millones de dólares (17,8 millones de euros) adicionales para agencias y organizaciones que colaboren en la asistencia de migrantes y refugiados en suelo europeo, lo que incrementará a 44 millones de dólares el dinero destinado a esta causa desde el estallido de la crisis el año pasado. El Departamento de Estado norteamericano explicó en un comunicado que la ayuda irá destinada principalmente al Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), que recibirá 17,5 millones de dólares, aunque también contempla partidas para el Fondo de Población de la ONU (FPNU) y la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR).
Washington se comprometió a seguir apoyando a quienes proporcionan “protección, refugio y otra asistencia vital” a los refugiados que se encuentran en zonas de Europa, como Grecia y Turquía.
